Con información de CNN

Análisis: Qué significa la última y dramática acción de Trump en Venezuela

Por CNN Chile

11.12.2025 / 16:25

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Durante esta semana han ocurrido diversos hitos en la escalada de tensión entre Estados Unidos y Venezuela. Entre ellos destaca la incautación de un barco petrolero del país caribeño. A esto se suma la presión que podría generar sobre el régimen de Nicolás Maduro la líder opositora María Corina Machado, quien abandonó su escondite para recibir el Premio Nobel de la Paz.


(CNN) — La incautación de un barco petrolero por parte de la administración Trump frente a las costas de Venezuela es uno de los giros más dramáticos hasta ahora en una campaña de presión militar contra el presidente Nicolás Maduro.

El abordaje de un barco extranjero es una medida inusual y amplía una operación estadounidense ya destacada por ataques contra más de 20 barcos en el Caribe y el océano Pacífico que, según el Gobierno, transportaban narcotraficantes.

Los primeros informes sugieren que la operación realizada por personal de la Guardia Costera de Estados Unidos, con el respaldo de la Marina y las agencias policiales, plantea menos preocupaciones legales y constitucionales que la campaña contra los barcos y las inminentes amenazas de Trump de acción militar en suelo venezolano.

El buque, el Skipper, fue incautado en aguas internacionales y transportaba crudo venezolano, según informó un alto funcionario estadounidense.

Un juez federal había emitido previamente una orden de incautación debido a presuntos vínculos con grupos terroristas respaldados por Irán.

Imagen de un video publicado en X por la secretaria de Justicia Pam Bondi que muestra la incautación de un petrolero por fuerzas estadounidenses frente a las costas de Venezuela, el 10 de diciembre de 2025. Oficina de la secretaria de Justicia de Estados Unidos/X vía AP

Aun así, el entusiasmo de Trump al anunciar la toma de control del barco y la publicación por parte de la secretaria de Justicia Pam Bondi de un video que muestra a personal estadounidense descendiendo en rapel hacia sus cubiertas desde un helicóptero subrayan la importancia política del momento.

Con su característico don para lo dramático, Trump anunció a la prensa que Estados Unidos había abordado un “gran barco petrolero, muy grande, el más grande jamás incautado, en realidad”.

Aunque es posible que el buque cisterna no estuviera directamente relacionado con el actual enfrentamiento entre Trump y Maduro, su interceptación se verá en el contexto de un enorme despliegue naval estadounidense en el Caribe, que forma parte de un aparente intento de forzar a Maduro a abandonar el poder o de convencer a sus subordinados para que lo destituyan.

¿Qué está en juego para Trump y Venezuela?

Millones de venezolanos acogerían con satisfacción la salida de Maduro después de años sombríos bajo un Gobierno que ha empobrecido al país, impuesto represión y obligado a millones de personas a huir de la pobreza y la persecución.

Así pues, la controversia en Washington sobre las intenciones de Trump en Venezuela se centra menos en si la salida de Maduro, tras ignorar su derrota en unas elecciones democráticas, sería beneficiosa y más en si el presidente estadounidense actúa legalmente.

Los críticos temen que Trump se esté preparando para involucrar a Estados Unidos en otra prolongada desventura en política exterior, al intentar nuevamente ejercer un poder ejecutivo sin control.

Las cuestiones legales se agudizan aún más en torno a los ataques contra presuntos narcotraficantes en el Caribe y el Pacífico, que han causado la muerte de 87 personas.

El Gobierno insiste en que está justificado el uso de la fuerza militar legal contra quienes califica de narcoterroristas que amenazan la seguridad nacional estadounidense. Sin embargo, Venezuela no se considera una ruta importante de tráfico de fentanilo hacia Estados Unidos, como insiste la administración.

Además, grupos de derechos humanos advierten que los ataques a embarcaciones violan el debido proceso de las víctimas y constituyen un asesinato con la autorización del Gobierno.

Uno de esos ataques, el 2 de septiembre, llevó a los demócratas y a grupos de derechos humanos a acusar a la administración de un crimen de guerra, ya que implicaba un bombardeo posterior que supuestamente mató a sobrevivientes.

Los demócratas intensifican su campaña para obligar al secretario de Defensa, Pete Hegseth, a entregar el video del ataque al Congreso. Trump había declarado previamente ante las cámaras que no tenía ningún problema con tal medida, pero luego negó haber hecho el comentario.

La noticia de la incautación del barco petrolero y la creciente intriga sobre el doble ataque se produjo mientras aún persistían las dudas sobre los objetivos de Trump en Venezuela.

El peso simbólico de la enorme fuerza naval estadounidense frente a la nación latinoamericana, que incluye el portaviones más avanzado del país, el USS Gerald R. Ford, significa que cualquier solución a la crisis que no conduzca a la destitución de Maduro sería un duro golpe al poder estadounidense y al prestigio de Trump.

Captura de pantalla de un video publicado por el Departamento de Defensa de EE.UU. que muestra un barco poco antes de ser alcanzado por un ataque, el 2 de septiembre de 2025. Departamento de Defensa de EE.UU.

Mientras tanto, Trump ha advertido repetidamente que los ataques contra lo que él dice que son sitios de narcotráfico en tierra podrían comenzar pronto. Pero en una entrevista con Politico esta semana, se negó a discutir la estrategia militar y dijo de forma opaca que quería que el pueblo venezolano fuera tratado bien y “respetado”.

CNN informó el miércoles que la administración Trump estaba trabajando en planes para Venezuela en caso de que Maduro cayera o se marchara.

Los críticos de la estrategia de Trump la han comparado con la incapacidad de Estados Unidos para prepararse para un cambio de régimen en Iraq en 2003, tras la invasión estadounidense.

Algunos analistas temen que Venezuela pueda sumirse en la violencia y la inestabilidad si cae el régimen de Maduro, lo que podría provocar una crisis de refugiados. Sin embargo, la situación allí no se compara con la de Bagdad en la posguerra.

En otro acontecimiento que podría aumentar la presión sobre el régimen de Maduro, la líder de la oposición venezolana, María Corina Machado, abandonó dramáticamente su escondite en el país y viajó a Oslo, donde su hija había aceptado anteriormente el Premio Nobel de la Paz en su nombre.

Exfuncionario de inteligencia estadounidense afirma que el abordaje de barcos es “normal”

La incautación del petrolero Skipper por parte de Estados Unidos se llevó a cabo con base en una orden de allanamiento relacionada con actividades pasadas en las que el barco transportó petróleo sancionado de Venezuela e Irán, según publicó la secretaria de Justicia Pam Bondi en X.

Bondi indicó que el FBI, las Investigaciones de Seguridad Nacional y la Guardia Costera de Estados Unidos estuvieron involucrados con el apoyo del Departamento de Defensa.

La captura del petrolero seguramente será vista en toda la región como una advertencia implícita a otros capitanes de buques sobre los riesgos de cargar en Venezuela y operar en sus aguas, así como un golpe a la flota paralela de barcos que trafican petróleo sancionado para naciones como Irán.

Venezuela posee algunas de las mayores reservas mundiales de crudo, y sus ventas ilícitas son una fuente clave de ingresos para su Gobierno.

Las administraciones de Trump, la primera y la segunda, y la de Biden mantuvieron múltiples niveles de sanciones contra Maduro por su represión de la democracia, incluyendo castigos contra la empresa estatal de petróleo y gas natural PDVSA.

Playa junto a la refinería El Palito de la petrolera estatal venezolana PDVSA, en Puerto Cabello, Venezuela, el 10 de febrero de 2024. Leonardo Fernández Viloria/Reuters

El Gobierno de Maduro condenó la incautación, argumentando que dejaba al descubierto la verdadera motivación de la campaña de presión de Trump. “No se trata de migración. No se trata de narcotráfico. No se trata de democracia. No se trata de derechos humanos. Siempre se ha tratado de nuestra riqueza natural, nuestro petróleo, nuestra energía, los recursos que pertenecen exclusivamente al pueblo venezolano”, decía un comunicado del oficialismo.

Pero Beth Sanner, ex alta funcionaria de inteligencia estadounidense, declaró a Jake Tapper de CNN que la incautación de un petrolero venezolano era “absolutamente normal” como parte de un intento por impedir que el régimen transportara crudo sancionado.

“En el pasado, todos han querido incautar este tipo de petroleros, pero no hemos contado con los recursos en la región para hacerlo”, afirmó Sanner.

Los demócratas en el Capitolio no están dispuestos a aceptar ninguna de las acciones relacionadas con Venezuela tal como son.

Al ser preguntada en CNN sobre si Estados Unidos estaba ahora más cerca de una guerra con Venezuela, la representante Chrissy Houlahan, miembro de la Comisión de las Fuerzas Armadas de la Cámara de Representantes, dijo: “¿Cómo podríamos no estar más cerca cuando estamos descolgando a hombres y mujeres de nuestro ejército desde helicópteros y descendiendo sobre tanqueros civiles que enarbolan la bandera de otra nación? Definitivamente es una escalada; no hay otra manera de decirlo”.

Agregó que si el objetivo de Trump era un cambio de régimen a través de la fuerza militar, estaba constitucionalmente obligado a obtener una autorización del Congreso, aunque creía que tal paso no estaba en los intereses de Estados Unidos.

Mientras tanto, el líder de la minoría del Senado, Chuck Schumer, declaró a Tapper en The Lead  que la retórica de Trump era tan confusa que era imposible saber cuáles eran sus verdaderas intenciones.

“El presidente Trump dice tantas cosas diferentes, de tantas maneras, que uno no sabe de qué diablos está hablando”, manifestó Schumer. “Si Maduro simplemente huyera por su cuenta, a todos les gustaría”. Pero Schumer añadió: “No se puede decir: ‘Apoyo esto, apoyo aquello’ cuando Trump está por todas partes”.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, participa en una mesa redonda con líderes empresariales en la Casa Blanca, el 10 de diciembre de 2025. Jonathan Ernst/Reuters

Como ocurre con tantas cosas en el segundo mandato de Trump, hay poca transparencia pública sobre los objetivos del presidente, que a menudo parecen depender de sus caprichos personales.

Trump valora la imprevisibilidad. Por lo tanto, no ha intentado explicar a los estadounidenses por qué hay tanto personal de servicio en barcos frente a las costas venezolanas ni qué se supone que debe lograr el costoso despliegue

Si el presidente lograra derrocar a Maduro y una transición democrática en Venezuela, podría obtener una victoria política significativa. Además, consolidaría su objetivo de ejercer el poder estadounidense en todo el hemisferio occidental, una aspiración coherente con su Estrategia de Seguridad Nacional recientemente revelada.

Esto parece tanto un intento de remodelar América Latina a su imagen de MAGA como una estrategia estadounidense más tradicional para contrarrestar la influencia china y rusa en la región.

Pero la historia demuestra que, incluso en circunstancias extremas, los gobiernos como el venezolano construidos durante décadas suelen ser más duraderos de lo que se cree desde fuera.

El oficialismo venezolano ha sido comparado con una red criminal de múltiples capas, cuyos miembros clave tienen enormes intereses financieros en la perpetuación de su poder.

Y aunque muchos esperan que la presión de Trump conduzca al ascenso de los legítimos gobernantes democráticos del país, nada es seguro.

Pero la incautación del barco petrolero aumentó aún más la presión sobre Maduro. Y condujo a Trump aún más por lo que empieza a parecer un camino inexorable hacia una confrontación en la que está depositando una enorme credibilidad personal.


Análisis por Stephen Collinson, CNN