La panelista de Tolerancia Cero planteó una reflexión sobre la caída de la natalidad y la importancia de que las instituciones apoyen a la población que enfrenta diversas brechas al momento de decidir ser padres.
Ayer fue el Día de la Madre.
Si Chile sigue en su caída demográfica, cada vez serán menos las mujeres que celebrarán este día. Hoy la tasa de fertilidad es 1.16, muy por debajo de la tasa de reemplazo.
Chile tiene menos niños que antes, menos que la región, y su caída es de las mayores del mundo.
Y la pregunta es por qué y qué hacer..
Hay quienes le echan la culpa al supuesto individualismo de las y los jóvenes, que prefieren tener una mascota. Otros, culpan al pesimismo de la nueva generación frente a desafíos como el cambio climático o el atemorizante nuevo -o nulo- orden mundial.
Pero no parece útil ni justo culpabilizar, ni menos exigir, que sean los padres quienes no quieren serlo. En una sociedad libre, una decisión como esta, de esta envergadura, debe ser personal y sin que nadie se inmiscuya. Eso es lo primero.
Pero lo que sí es útil y justo pensar es como hacer para que quienes sí quieren tener hijos, lo puedan hacer. Remover los obstáculos económicos, culturales y sociales que lo hacen tan difícil. Esos obstáculos equivalen a una infertilidad estructural, como dice la socióloga Martina Yopo, que aporta una perspectiva robusta y fresca para abordar este problema. El estado, las empresas, las instituciones, los colegios, la sociedad completa, debieran preguntarse cuánto contribuyen a que en Chile sea tan difícil ser madre y trabajar remuneradamente. Y hacer un pacto nacional para cambiar eso.
Merco -monitor de reputación empresarial de referencia en Iberoamérica- elaboró su ranking para Chile sobre la base de 61 mil encuestas a diferentes grupos de interés a nivel nacional y un análisis de 200 indicadores de gestión de las diversas compañías.
