La reconocida académica comentó en Influyentes cómo ve a la nueva derecha, sus características y las posibles aprehensiones que genere una deriva iliberal o contraria a la democracia liberal actual.
Este 16 de noviembre el país elige a quien será el próximo presidente de Chile y las proyecciones de estudios y encuestas de opinión reflejan una fuerte oposición al oficialismo y un reposicionamiento de las ideas de derecha, algo que no se comprobará hasta el mismo día de las elecciones.
Sobre esto, el escenario de polarización y cómo las alianzas entre Chile Vamos y sus partidos con los otros que han surgido dentro de su mismo espectro político, conversamos con la historiadora Lucía Santa Cruz en un nuevo Influyentes.
En primer lugar está el debate sobre la falta de una primaria en la derecha, lo que obliga a que esto ocurra ahora en primera vuelta. Sin embargo, para la académica esto suma una complejidad dado el poco tiempo que queda disponible “para limar las asperezas” entre la primera y la segunda vuelta.
De todas formas, añade, parece lógico que luego se apunte a la unidad entre los distintos candidatos y los partidos que representan. Si este es el escenario, debiera formarse una síntesis de lo que une a estos distintos bloques, dejando al margen aquellas cosas que los diferencian.
“Hoy día hay un cambio radical en lo que son las derechas. Esto puede ser una reacción a muchos fenómenos de la modernidad de hoy, pero que sí las hace diferentes”, asegura.
Parte de esas diferencias no solo pasan en el fondo, sino también en las formas que tiene “la nueva derecha”: “hay una retórica confrontacional, agresiva, que no ofrece caminos de posible unidad, de posibles acuerdos, y la democracia es la búsqueda de acuerdos”.
Derivas iliberales de Kast y Kaiser
Sobre este mismo debate, Carlos Peña puso el énfasis en lo “iliberal” de ambos candidatos, en el sentido en que no adherían a los principios que constituyen una democracia liberal, como lo sería el respecto irrestricto a los derechos fundamentales de las personas.
No obstante, para Santa Cruz existe algún grado de diferencia entre los candidatos José Antonio Kast y Johannes Kaiser.
“Haría una diferenciación entre Kaiser y Kast: Kast es hijo de la democracia, es una persona que estuvo en el Parlamento muchos años, que se ha sometido al veredicto popular, y que en esta campaña ha dado una señal que podría servir como una base de un acuerdo posterior, en el sentido de que tiene conciencia de que hay ciertos temas a los cuales él adhiere con mucho fervor, pero que ha sido capaz de ver que hay veces que aquello que nos divide tiene que ser puesto de lado para priorizar otros problemas”, plantea la historiadora.
En el caso del nacional libertario, afirma que “se entiende menos”, reconociendo al igual que Peña lo iliberal de su propuesta dado que no admite acuerdos.
Estas propuestas iliberales o de candidatos convencidos de sus verdades y el clima de polarización en torno al mismo, añade Lucía, le ha generado cierta inquietud dado que esta nueva derecha “es menos tolerante y menos pluralista”.
Proyección de Matthei
El ascenso de esta nueva derecha también ha dejado consigo un retroceso de la derecha tradicional que representa Chile Vamos en nuestro país. Pero más que estas cifras en encuestas de opinión sean disuasivas de elegir a Matthei en la primera vuelta, lo vuelven más importante aún, explica Santa Cruz.
“Pase lo que pase tenemos que contarnos, tenemos que, el día de la elección, saber que si bien puede haber una mayoría de esta derecha más derecha, también hay otra que tiene que actuar de contrapeso”, dice la historiadora. “Tan importante como eso es que ella obtenga una votación muy importante porque eso es lo que nos va a permitir dialogar de igual a igual. Si no, va a suceder lo mismo que le pasó a la socialdemocracia con el Frente Amplio, que los devoró. Y yo no quiero ser devorada”.
En ese sentido, ¿qué rol debería cumplir Chile Vamos y sus partidos en un gobierno, por ejemplo, de Kast? Para Santa Cruz, con un peso suficiente puede cumplir una participación “para bien”.