Parciales, totales y anulares: ¿Cuántos tipos de eclipse hay y cómo se producen?

Los eclipses son uno de los eventos astronómicos más sorprendentes, no sólo porque se pueden apreciar a simple vista, sino por el significado que las personas le otorgan y por los efectos que tienen en la naturaleza. 

Estos ocurren cuando un cuerpo celestial, tales como lunas o planetas, se posiciona en la sombra de otro. Según la NASA, existen dos tipos de eclipses terrestres: los de Sol y de Luna. 

¿Qué es un eclipse de Luna?

La Luna se mueve orbitando a la Tierra, de la misma forma en que nuestro planeta gira alrededor del Sol. Hay ocasiones en que “el pequeño punto azul” se posiciona justo entre nuestro satélite y la luz que recibe del Sol: esto se conoce como un eclipse de Luna y sólo puede ocurrir cuando ésta está llena. 

Estos eventos pueden ser apreciados desde la superficie terrestre de noche y hay dos tipos de eclipses de Luna: los totales y parciales. 

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Los primeros ocurren cuando la Luna y el Sol están en posiciones exactamente opuestas en relación a la Tierra. En estos eventos, la luz de nuestro astro cruza la atmósfera terrestre proyectando una sombra que hace que veamos a nuestro satélite de color rojo. 

Mientras que el parcial ocurre cuando sólo una parte de la Luna entra a la sombra de la Tierra. Lo que se vea en este tipo de eclipse dependerá de las posiciones de nuestro planeta y el Sol. 

Estos eclipses normalmente duran por horas, y ocurren al menos dos todos los años – sin embargo, los totales son bastante poco frecuentes. 

¿Qué son los eclipses de Sol?

En este tipo de eventos, ocurre algo similar al anterior, pero esta vez la Luna tapa la luz del Sol generando una larga franja de sombra sobre la superficie terrestre. 

A diferencia de los de Luna, existen tres tipos de eclipses solares. Los primeros son los totales, como el que ocurrirá este año en la Araucanía, estos se caracterizan por dejar una pequeña franja en que la luz del Sol desaparece completamente. 

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El segundo tipo son los parciales, que es cuando nuestro satélite y el Sol no están alineados perfectamente, por lo que si bien la potencia de la luz del Sol baja, sin la protección ocular apropiada no se puede apreciar a simple vista. 

El tercero son los anulares. Este ocurre cuando la Luna se encuentra alejada de la Tierra, viéndose más pequeña, por lo que no logra bloquear completamente la luz del Sol. En este evento se produce lo que parece ser un anillo alrededor de nuestro satélite. 

Ninguno de los eclipses de Sol se pueden observar sin la protección adecuada.