El histórico delantero chileno se despide del fútbol profesional a los 44 años tras una carrera marcada por goles, liderazgo y actuaciones memorables en Chile y el extranjero.
Este viernes, el fútbol chileno vivió un momento histórico: Humberto “Chupete” Suazo, uno de los delanteros más temidos y admirados de su generación, se despidió de las canchas a los 44 años.
Su último encuentro profesional fue con San Luis de Quillota frente a Deportes Copiapó, en la penúltima fecha de la Primera B, en un Estadio Lucio Fariña que no dejó de rendirle homenaje.
El encuentro tuvo un inicio emotivo. Suazo comenzó desde la banca, observando a sus compañeros y recibiendo el primer reconocimiento del público.

Cada anuncio de su nombre generaba aplausos, y cuando el estadio estalló en ovación al mostrar su histórico dorsal, quedó claro que aquel que había sido artífice de tantos goles había dejado una marca imborrable.
El momento cumbre llegó en el segundo tiempo. A los 64 minutos, “Chupete” ingresó al campo, y el estadio vibró con su presencia.
Pese a la emoción, el delantero demostró que el instinto goleador permanece intacto: generó peligro con sus movimientos y enganches, recordando por qué fue considerado uno de los delanteros más letales de Chile y México.

Más allá de la última jugada, la carrera de Suazo es un recorrido por la élite del fútbol.
Desde sus inicios en Ñublense y Magallanes, pasando por Colo Colo y Monterrey, hasta sus pasos por Real Zaragoza y Audax Italiano, dejó su huella en cada club.
Con la selección chilena, fue pieza clave rumbo a Sudáfrica 2010, marcando 10 goles en las Eliminatorias y participando en los Mundiales de 2010 y 2014.
La despedida fue también familiar y cálida: compañeros, rivales y su familia acompañaron al delantero en un cierre de carrera lleno de emoción.
Con el pitazo final, Humberto Suazo no solo colgó los botines, sino que se consolidó como un referente histórico, un goleador que transformó el fútbol chileno y que será recordado por generaciones.