Por Bruno Delgado

Joey Tribbiani siempre necesito del resto de sus amigos y nunca se la pudo solo. Esa podría ser la metáfora que resume por qué el spin off del personaje de Matt Le Blanc era una mala idea desde el principio.

Tras el histórico final de Friends, Warner Channel necesitaba una nueva apuesta que recogiera la nostalgia de los viudos de la serie. Es así como el 9 de septiembre de 2004 estrenó Joey.

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La historia

Acá, el actor se mudó a Hollywood para alcanzar su sueño de convertirse en un actor reconocido y se fue a vivir con su hermana Gina Tribbiani (Drea de Matteo) y su sobrino Michael (Paulo Costanzo). 

Pese a que serie seguía de cerca las desventuras del carismático Joey, a diferencia de la vida amorosa de este personaje, nunca pudo conquistar a la audiencia y salió del aire tras dos temporadas en marzo del 2006.

La falla

¿Cómo pudo ser que una de los rostros más conocidos de la sitcom más famosa del planeta no fuera un tremendo éxito?

En parte, se debió a que la sitcom prometió algo que nunca entregó: todo su marketing giraba en torno a repetir lo mismo que cuando nos tomábamos un café en Central Perk de Manhattan, sensación de nostalgia y cercanía que jamás llegó.

El pez fuera del agua

Tras despedirse de Chandler, Monica, Ross y Rachel, los guionistas quisieron hacer que Joey creciera, poniéndolo en situaciones fuera de sus zona de confort para que dejara de ser un niño. Pero siempre se sintió como un pez fuera del agua.

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En vez de volver a rodearlo de un entorno donde el personaje pudiera brillar, Joey pasó de un ingenuo simpático a ser un adulto bobalicón incapaz de sostener una relación con alguien de su edad y víctima del bullying de su sobrino, un niño genio que le sacaba varias cabezas de inteligencia y que constantemente se lo hacía notar. 

El cambio de tono

En vez de ser una reunión con amigos para pasarlo bien, terminó siendo una experiencia curiosa y hasta tortuosa, ya que el querido Joey, quien era el corazón de Friends y siempre con un chiste a flor de labios, acá pasó a ser la víctima de las bromas.

Muchas veces Chandler y Ross molestaban Joey por no ser el más despierto, o Rachel, Mónica y Phoebe por lo infantil que era, pero como eran amigos, siempre era con cariño y Tribbiani tenía la posibilidad de demostrar su valía en un entorno de cariño, por lo que como audiencia no había problema con sumarnos a las risas

Sin embargo, al ser Joey motivo de burla de los nuevos personajes que no conocíamos y que no eran del todo empáticos con él, las bromas no nos resultaban graciosas, porque la audiencia viuda de Friends, el público objetivo, no disfrutaba de que su personaje le lloviera sobremojado. Aunque Tribbiani siempre intentaba poner una sonrisa en la boca de todos, incluyendo la audiencia.

El carisma

Joey, la serie, también echó mano a otras de las cartas ganadoras de su ficción madre: los artistas y celebridades invitadas.

Ellen DeGeneres, Louie Anderson, Carmen Electra, Lucy Liu y Christina Ricci, fueron algunas, pero sin lograr generar los icónicos momentos que entregaron Brad Pitt, Bruce Willis, Julia Roberts o Danny DeVito.

El problema no estaba, por cierto, en ellos, sino en los personajes, algo que sin duda también repercutió en el resto del elenco. Ninguno era realmente carismático, entrañable ni generaba esa extraña sensación de familiaridad a través de la pantalla.

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Y entre todos ellos estaba navegando a la deriva Joey, con su encanto natural y bonachón, pero que nunca pudo desarrollar el rol de protagonista. Que lo rodearon de personajes poco atractivos, sin duda, pero siempre quedará la duda de si se la hubiera podido en solitario en California estando mejor acompañado.

Aunque siempre tendremos a Joey compartiendo el piso con Chandler y quizás sea mejor quedarnos con ese recuerdo y cerrar la puerta.

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