La ONU rechazó la solicitud de La Moneda para posponer la COP25 para el 25 de enero de 2020. Por ello, la cumbre climática se mantiene para diciembre de este año, obligando al gobierno de Sebastián Piñera a acelerar los preparativos.
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El evento, que se realizará entre el 2 y 13 de diciembre, tendrá un costo de 35 millones de dólares, unos 23 mil millones de pesos chilenos, por lo que la ministra de Medio Ambiente, Carolina Schmidt, anunció que pedirán al Congreso que autorice el millonario gasto.
De hecho, para utilizar dichos dineros de las arcas fiscales, el presidente debe enviar un proyecto de ley especial al Legislativo.
Pese a que el gobierno intentaba modificar la fecha desde noviembre del año pasado, cuando se ganó la presidencia y sede de la COP25, esta propuesta no fue aceptada por la organización multilateral, argumentando temas de agenda de los más de 190 países concurrentes.
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Pese a que hasta ahora la cumbre no tiene confirmado el lugar físico donde se desarrollará, la ministra Schmidt es optimista. “Tenemos todas las capacidades para enfrentar este desafío gigante”, aseguró.
Sin embargo, reconoció que le habría gustado que se extendiera el plazo para organizar el evento. “Hubiéramos preferido tener más tiempo para poder organizar, sin embargo, la acción climática no requiere de poder dudar ante esta situación”, afirmó la secretaria de Estado.
En ese sentido, la cumbre por el calentamiento global -pese a que es una de las más grandes del mundo, con cerca de 100 mil personas y decenas de jefes de Estado-, tendrá que desarrollarse de forma muy distinta a la APEC, en la que se está trabajando desde hace dos años.
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