El Samsung Galaxy Z Flip 4 y el Z Fold 4 son los hermanos , aunque la diferencia está en los detalles y el tamaño. Aunque ambos teléfonos parecieran no haber cambiado mucho en su exterior, el interior de los dispositivos son totalmente diferentes. Samsung promete que ambos equipos tienen una mejor construcción, mayor resistencia, una mejor pantalla y por supuesto, una batería que promete durar mucho más.
Compartimos con ellos algunas semanas y estas son nuestras apreciaciones a los dos teléfonos de la gama más alta de la compañía surcoreana.
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Galaxy Z Flip 4
Si tuviéramos que definir en una sola palabra la principal característica del Galaxy Z Flip 4, sería compacto. Esa comodidad al llevarlo y al ocuparlo, hace que el principal teléfono plegable de Samsung nos lleve a recordar aquellos celulares “con tapa” y que cabían en una sola mano.
Lo compacto y lo cómodo del equipo, hace que el Z Flip 4 sea un teléfono pequeño pero con grandes avances y digno competidor de la gama alta.
A diferencia de su modelo antecesor, el diseño no cambia mucho, pero si resuelve temas tan importantes como la cámara, la autonomía de la batería y su resistencia. Eso es lo que Samsung nos promete con esta nueva generación de plegables.
Ocupar un teléfono plegable se transforma en una experiencia completamente nueva. Por primera vez llevé en el bolsillo un celular que no pesa ni molesta, y que cuando lo necesito, crece y tiene un potencial que me ayudó para el día a día en mi trabajo.
La pantalla interior del Z Flip 4 es una Dynamic AMOLED 2X Infinity Flex Display de 6,7 pulgadas Full HD+, que corre a 120 Hz y que no tiene nada que envidiarle a la de los teléfonos normales. Buenos colores, una fluida navegación y una calidad única que los paneles Samsung tienen como característica principal.
El gran pero está en que tiene un grave problema aún, y es aquella “arruga” que se forma al medio del teléfono, pero que nos permite que este se doble sin problemas.
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Aunque ese sin problemas, para mí si lo es, ya que soy un consumidor arduo de contenido multimedia en el teléfono. Me tocó ocuparlo en el gimnasio, para ver videos mientras trotaba o andaba en bicicleta estática, y este se notaba de una manera excesiva. Con tal que terminaba sacando mi otro teléfono (no plegable) y guardando el Galaxy para otro momento. La “arruga” se siente incluso cuando uno hace scroll para revisar contenido en las redes sociales o en internet.
En el único momento que no molestaba era cuando respondías mensajes o enviabas un WhatsApp. Este debe ser, eso sí, el único punto negativo del celular.
La pantalla delantera del Galaxy Z Flip 4 nos permitirá tener las notificaciones al instante y sin la necesidad de abrir el teléfono.
Uno de los apartados más interesantes de este teléfono, es su pequeña pantalla delantera. Para decir verdad, funciona similar a un Galaxy Watch y eso me sorprendió de una grata manera.
El pequeño panel Super AMOLED de 1,9 pulgadas nos permite tener al alcance las notificaciones y responder rápidamente con mensajes predefinidos, pausar o cambiar una canción, o incluso iniciar la aplicación de la cámara sin la necesidad de abrir el teléfono, usando la pantalla como un visor para tomar espectaculares selfies.
Para llevar a cabo las tareas del día a día, al interior del Galaxy Z Flip 4 se encuentra el poderoso procesador Qualcomm Snapdragon 8+, con 8 GB de memoria, 128 GB de almacenamiento y una batería de 3700 mAh. Todos esos componentes se combinan para crear una experiencia agradable, tanto en lo que respecta al rendimiento general como a la duración de la batería.
Durante las dos semanas en que utilice el teléfono, la batería logró rendir sin problemas durante el día. Escuchar música, responder mensajes y correos, probar las cámaras y ocuparlo como un dispositivo multimedia no serán un impedimento, pero su rendimiento no se compara con el de un Galaxy S22+. Al final del día deberás llegar sí o sí a conectarlo al enchufe de tu casa, aunque la carga rápida que incluye el Z Flip 4 es una de las maravillas de este teléfono, ya que en solo unos minutos podremos tener una carga más que suficiente para aguantar en lo que necesitemos. Una mejora más que necesaria en relación a sus antecesores.
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En cuanto a las cámaras, no es mucha la sorpresa. Son dignas competidoras de un teléfono de gama alta. El Z Flip 4 tiene dos cámaras traseras, la principal con un sensor de 12 megapíxeles y una cámara ultra gran angular de 12 megapíxeles, con un zoom digital total de 10x posibles. Además, en la parte frontal encontraremos una cámara “hole punch” que mantiene los 10 megapíxeles.
Las cámaras traseras funcionan como en cualquier otro teléfono de la gama alta de Samsung, sin poseer las características que podría tener su hermano, el Galaxy Z Fold 4 o el S22 Ultra. Eso sí, las imágenes tienden a salir un poco “sobresaturadas”, pero logran cautivar la mirada y confiar en que el Z Flip tomará fotos increíbles.
Mientras que el zoom digital de 10x es una total decepción. Las imágenes dan como resultado fotos granulosas, manchadas y que finalmente terminas por borrar. Sin embargo, no todo es malo, ya que gracias a esta misma tecnología tendremos un modo retrato preciso para detectar a una persona o un objeto y tomar increíbles fotos con desenfoque y profundidad.
Hay mejores cámaras en otros teléfonos de Samsung o de la competencia, tal como lo dijimos anteriormente, pero para el día a día ambos sensores salvan para tomar buenas y excelentes fotografías.
Ficha técnica
- Dimensiones y peso: 165.2 x 71.9 x 6.9 mm y 187 gramos.
- Pantalla: Dynamic AMOLED 2X, 2640 x 1080 (FHD+), 120 Hz.
- Cover Screen: 1.9-pulgadas, 260 x 512, Super AMOLED display.
- Procesador: Snapdragon 8+ Gen 1, Octa-Core.
- Almacenamiento: 128GB / 256GB / 512GB.
- Bateria: 3,700mAh
- Cámaras traseras: 12.0 MP + 12.0 MP; UHD 4K (3840 x 2160) @60fps.
- Sistema operativo: Android.
- Conectividad: 5G, GPS, Glonass, Beidou, Galileo, QZSS, Wi-Fi 802.11 a/b/g/n/ac/ax 2.4G+5GHz, HE160, MIMO, 1024-QAM; Bluetooth v5.2.
- Colores: Bora Purple, Graphite, Pink Gold, Blue.
Galaxy Z Fold 4
Una vez analizado el Samsung Galaxy Z Flip4, ahora es turno del Samsung Galaxy Z Fold4, el cual reúne lo mejor de sus antecesores, pero dándoles un aire renovado y poderoso que es detectable a primera vista.
El principal fuerte de este aparato es el hecho de que puede ser, al mismo tiempo, un smartphone y una tablet. Esta cualidad es ideal para quienes realizan múltiples tareas al mismo tiempo, desean trabajar documentos, planillas Excel o disfrutar de contenido multimedia con alta calidad.
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Las pantallas ofrecen una frecuencia de actualización de 120 Hz, lo cual es importante para quienes que juegan mucho o se desplazan frecuentemente por redes sociales. Asimismo, al igual que su versión anterior, tiene certificación IPX8, es decir, se puede sumergir en hasta 1,5 metros de agua dulce durante hasta 30 minutos.
En cuanto a lo externo, el principal problema para mí es que, al estar plegado, sigue siendo algo grueso. Sin embargo, este “inconveniente” se ve compensado gracias a que en esta generación se redujo su peso, pasando de los 271 gramos del Fold3 a 263 gramos en esta versión.
La calidad de su construcción -principalmente de aluminio reforzado y cristal- es otro de sus aspectos más destacables. A diferencia del Flip4, cuyos colores son más pasteles y vibrantes, el Fold4 viene en tonalidades (green gray, phantom black y beige) que le dan una apariencia algo más madura y elegante.
Respecto al sonido, este alto y nítido. Se puede llegar a detectar una pequeña distorsión en los rangos más altos de volumen, pero difícilmente esto llegaría a ser un inconveniente, ya que no serán muchas las oportunidades en las que requeriremos superar el 80% del volumen máximo.
Por otra parte, en cuanto su autonomía, la batería puede aguantar toda la jornada de uso, siempre y cuando no le demos un uso muy intenso. Se necesitará cargar todas las noches, y en los días en los que se utilice mucho su pantalla principal, es posible que deba ser recargado antes del fin de la jornada.
Finalmente, las imágenes y videos tomados son brillantes, vibrantes y de calidad, aunque no me convenció mucho la función Space Zoom, ya que al realizar un acercamiento de más de 10x, el aspecto de la imagen se tornaba algo extraña, similar a un dibujo.
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