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Este tipo de construcciones permiten un ahorro de energía cercano al 40%.

Paredes hechas de plantas y árboles autóctonos en los techos, es una tendencia que cada día toma más fuerza en la arquitectura. Y es que tener fachadas o cubiertas verdes aporta una serie de benficios tanto al medio ambiente urbano como a las personas.

Además, la fachada vegetal ayuda a amortiguar el ruido y a oxigenar el aire. Precisamente, fue Brown junto a Borja Huidobro los pioneros en implementar esta tendencia en los edificios de Santiago, con el diseño del edificio Consorcio. Ahí se desarrolló una doble pared: una interior con termopaneles y otra exterior de vegetación para absorver los rayos del sol, convirtiéndose en un jardín vegetal de tres mil metros cuadradados.

Un ejemplo de vegetación en los techos, son las terrazas de la Biblioteca Nicanor Parra y el edificio de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad Diego Portales. 

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