A más de una semana desde el derrame de aceite de soya en el Lago Chungará, se han podido retirar 6.000 litros de la sustancia oleosa, que puso en riesgo la vida de la fauna y flora que habita en el lugar.
El pasado jueves 21 de noviembre se generó el derrame de 20 toneladas (20.000 litros) de aceite de soya en el Lago de Chungará, ubicado en la provincia de Parinacota, en el extremo norte del país.
Lugar que es hogar de un sin fin de fauna y flora que se vió fuertemente afectada debido al derrame de esta sustancia al interior de su hábitat. Es por esto que CNN, en conversación con Adriana Aránguiz, académica de Recursos Ambientales de la Universidad de Tarapacá, evaluó los daños y la lenta acción en sucesos críticos como este que, según sus palabras “no se ha avanzado con la celeridad que la situación probablemente requería”.
Esta no es la primera vez que el derrame de sustancias nocivas para las especies ha caído en el lugar: “esto ha pasado muchas veces, con demasiada frecuencia en esta ruta y es de extrañar que, a pesar de la frecuencia con la que suceden estos eventos, lamentablemente no existe un plan, una estrategia definida con liderazgos claros de quien pueda o esté en condiciones de hacer las tareas primeras”, señaló Aránguiz.
Recordar que la ruta internacional pasa por el Parque Nacional Lauca, lugar de reserva de la biosfera por su alto valor a nivel internacional.
El trayecto se gestó previo a la categoría de protección del parque, que actualmente es un área protegida. Aún así, sigue siendo una ruta por donde muchos camiones, día y noche, se movilizan.
¿Quiénes son los principales afectados?
En el Lago Chungará, viven más de 130 especies adaptadas a condiciones extremas, que no solo pertenecen al cuerpo de agua, sino que de todo el bofedal circundante, que alberga una presencia de especies que son de gran endemismo, es decir, que se encuentran exclusivamente en ese lugar.
Lamentablemente y producto de la situación actual que vive el lago, muchas de estas especies se han visto profundamente dañadas, algunas incluso alcanzando la muerte.
Aún existen más de 80 aves en peligro inminente por la capa oleosa que cubre parte del humedal andino, y se identificaron 15 ejemplares directamente afectados, entre ellos, cinco patos puna con movilidad reducida y problemas para volar.
“Corresponde a un gran ecosistema en el que no tan solo son afectadas las especies acuáticas, sino que también la cobertura vegetal del bofedal, y quiénes son los usuarios de ellos. Recordemos que aquí pastorean especies de camélidos, también son afectadas y los pastores que utilizan estos bofedales para que pastoreen”, mencionó la académica.
Propuestas para evitar el derrame de sustancias nocivas en la zona
Quienes se han acercado al Lago Chungará han sido principalmente voluntarios, distintas fundaciones, la delegación presidencial y CONAF, quienes se desplegaron en terreno, trabajando con diques de contención, mallas filtrantes y bombas naturales para extraer el aceite que aún permanece sobre la superficie.
La operación se está realizando en coordinación con el Sistema de Aseguramiento de la Calidad (SAC), la Municipalidad de Putre y los equipos de emergencia, que ya operaban bajo alerta amarilla decretada por Senapred.
Pero, esto no es suficiente, hasta la fecha han podido retirar casi 6.000 litros de aceite, y aún no hay una solución concreta.
“Es preocupante que la única ruta por donde se transportan esos materiales sea una ruta terrestre que pasa por en medio de un parque nacional de reserva de la biósfera. Y hoy día tenemos que estar lamentando esto una vez más”, señaló Aranguiz.
La académica explicó que una de las soluciones que pueden poner fin a esta situación, que ya ha sucedido con anterioridad, es el transporte de estos productos en tren.
“Puede ser a través de un transporte ferroviario que genere condiciones más seguras para el transporte de este material, que de alguna manera libere un poco la presión del transporte de tanto camión sobre la ruta”, explicó Adriana Aránguiz.