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Alrededor de 250 niños migrantes fueron retenidos a una instalación de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) en Clint, Texas, luego de que se dieras a conocer las condiciones en las que vivían estos menores.

Condiciones extremadamente precarias pues no tienen acceso a agua para ducharse, jabón, cepillo de dientes e incluso a comida de acuerdo a su edad y muchos de ellos no tienen una cama donde dormir.

Aunque se sospechaba lo ocurrido, finalmente un grupo de abogados reveló un informe que realizó tras una visita sorpresa a una estación de la patrulla fronteriza en Texas, donde se encontraron con condiciones extremadamente precarias.

Ante esto, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump señaló estar preocupado por lo ocurrido y aseveró que está pidiendo ayuda y así tener fondos para ayuda humanitaria.

“Sí, estoy preocupado aunque están mucho mejor de lo que estaban con el presidente Obama. Estamos tratando que los demócratas nos den financiamiento para ayuda humanitaria (…) estoy muy preocupado“, señaló el mandatario en la Casa Blanca.

De acuerdo a la ley, los menores no deberían pasar más de 72 horas en los centros de detención fronterizos.

Los menores son separados de sus padres de manera provisional. Son enviados a estas estaciones y posteriormente a centros de retención.

En tanto, los adultos que cruzaron la frontera realizan los trámites para la solicitud de refugio, asilo o simplemente el proceso de deportación.

Trámites que deberían durar muy poco, están tardando días e incluso,durante el último tiempo, se han extendido por semanas.

Del total de menores que fueron trasladados a otro sitio en donde se encontrarían en mejores condiciones, 100 tuvieron que ser devueltos al lugar de inicio por falta de espacio.

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