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Grupos de defensa de los derechos de los inmigrantes han señalado que son más de 1.600 los niños y niñas que fueron trasladados a un campamento en medio del desierto en Texas, Estados Unidos.

Algunos de estos menores son parte de los niños que fueron separados de sus padres al cruzar la frontera de manera ilegal, y que fueron detenidos bajo la “política de tolerancia cero” del gobierno de Donald Trump.

Otros están a la espera de ser mayores de edad para ser deportados a sus países.

La mayoría de ellos son niños entre los 13 y los 17 años y se encuentran en un limbo, pues las autoridades no pueden dejarlos ir solos, ni tampoco han sido reclamados por algún familiar.

El campamento, con capacidad para 3.200 niños, fue pensado de manera temporal hasta que los menores lograran resolver su situación. Sin embargo, ya ha pasado un mes desde que se tenía programado su cierre y no parece estar cerca de cumplirse; al contrario, este ya se ha ampliado.

Condiciones de los campamentos

En julio pasado, Matthew Albence, subdirector en funciones de la oficina de Inmigración y Control de Aduanas, aseguró que estos campos eran similares a los “campamentos de verano” a los que pueden asistir los jóvenes.

“Estos individuos tienen acceso 24/7 a comida y agua. Ellos tienen oportunidades educacionales. Tienen oportunidades recreacionales, tanto estructuradas como no”, señaló Albence, consigna Newsweek.

Así, la información oficial entregada por las agencias del gobierno, dicen que los niños y niñas tienen aire acondicionado y que se les hacen algunas clases específicas.

Foto: Getty Images.

Además, los reportes indican que el gobierno norteamericano estaría gastando 775 dólares por niño, equivalentes a $513.245 aproximadamente.

El abogado experto en inmigración, Alex Galvez, presentó su propia teoría con respecto a la verdadera intención de estos campamentos: “Estados Unidos siempre ha sido conocido por proteger a los más vulnerables, que son las criaturas. Y que lo estén haciendo a escondidas para evitar que les llegue la ayuda legal, ayuda humanitaria de un familiar, para que los vengan a recoger para pelear el caso mientras están libres, es una vergüenza“.

“Al fin del día es como una trampa: que vengan a recoger a los niños para soltarlos y puedan pelear su caso, pero los vamos a arrestar cuando se presenten. Algo más inhumano no existe”, agregó Galvez.

Más allá de este campamento, el gobierno de Estados Unidos tiene a su cargo -por este tipo de casos- a más de 12 mil niños.

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