El testimonio revela detalles del viaje que tomó Alberto Mejía, las conversaciones dentro del vehículo y expone graves falencias en el control fronterizo del norte de Chile.
Un nuevo capítulo se suma al caso de Alberto Carlos Mejía Hernández, el ciudadano venezolano imputado por homicidio de un comerciante del Barrio Meiggs.
El joven de 18 años, presuntamente vinculado con el Tren de Aragua y liberado por error tras una orden judicial mal gestionada, escapó del país dos días después de haber sido dejado en libertad desde Santiago 1.
Ahora, un testimonio revelador ayuda a reconstruir sus últimos movimientos en territorio nacional.
“Conversaba de que había estado detenido en EE.UU.”
En conversación con Mega, un taxista identificado como Mauricio relató cómo el sospechoso logró llegar hasta la frontera norte, desde donde huyó por un paso no habilitado.
“El 12 de julio, cerca de las 20:00 horas, estaba en el terminal de buses de Arica esperando reunir pasajeros para ir a la frontera. Ya tenía tres personas listas, todas extranjeras, cuando apareció un cuarto joven —el mismo que después supe que era el sicario—. Se acercó de forma discreta, cubriéndose con un gorro y un chaleco, y dijo que también iba para la frontera”, detalló el conductor.
Según su relato, Mejía se sumó al grupo de manera silenciosa y abordó el vehículo junto a los otros pasajeros.
Durante el trayecto, relató el taxista, el joven conversó con otro ocupante del asiento trasero sobre experiencias delictuales en el extranjero, especialmente en Estados Unidos.
“Conversaba sobre la experiencia que él tuvo en Estados Unidos, de que había estado detenido. La otra persona también. Se estaban contando las anécdotas que tenían ellos en Estados Unidos”, recordó Mauricio, aunque aseguró no haber prestado demasiada atención a esa conversación.
El conductor cobró $10 mil a cada pasajero por el traslado, una tarifa que —asegura— es habitual entre quienes buscan cruzar hacia Perú de manera irregular.
“Ellos querían salir sin ser vistos, pero les advertí que eso era casi imposible. En la zona siempre hay presencia militar. Les dije que sí o sí los iban a controlar”.
Una vez en el punto fronterizo, el grupo fue dejado en un estacionamiento cercano.
Mauricio explicó que se quedó esperando a que los militares controlaran a los pasajeros, como medida de precaución.
“Si no los dejaban salir, yo los traía de vuelta al terminal”, indicó.
Pese al control, Mejía habría logrado salir del país sin ser detectado por las autoridades migratorias.
El taxista confirmó que fue informado posteriormente de que el joven efectivamente logró cruzar hacia Perú. Otro de los pasajeros, sin embargo, no tuvo la misma suerte.
En su testimonio, Mauricio también criticó la debilidad de los controles en la zona fronteriza.
“Es fácil salir. A veces basta con mostrar un carnet. Me imagino que la gente encuentra la manera de evadir el control”, puntualizó.