Con información de CNN

Cómo se compara el envejecido ejército venezolano de la era soviética con las fuerzas estadounidenses en el Caribe

Por CNN Chile

13.11.2025 / 21:56

{alt}

El despliegue del portaaviones USS Gerald R. Ford y miles de efectivos en el Caribe ha desatado sospechas de un posible conflicto entre Estados Unidos y Venezuela, mientras expertos cuestionan la magnitud del poderío estadounidense frente a un ejército venezolano armado con tecnología rusa pero afectado por años de crisis, falta de mantenimiento y dudas sobre la capacidad real de sus tropas y milicias.


(CNN) – El aumento de las fuerzas navales estadounidenses en el Caribe, impulsado por la reciente llegada a las cercanías de América Latina del portaaviones USS Gerald R. Ford , ha suscitado especulaciones de que tanto Estados Unidos como Venezuela podrían estar preparándose para un conflicto mayor.

Si bien Estados Unidos ha justificado el despliegue como una medida para combatir el narcotráfico, algunos expertos cuestionan la necesidad de tanto poderío militar si el único objetivo es atacar embarcaciones narcotraficantes. Señalan que la llegada del buque representa la mayor presencia militar estadounidense en la región desde la invasión de Panamá en 1989.

Además del propio portaaviones —descrito como la plataforma de combate más letal de la Armada estadounidense— , Estados Unidos ha concentrado aproximadamente 15 000 efectivos en la región junto con más de una docena de buques de guerra —entre ellos un crucero, destructores, un buque de mando de defensa aérea y antimisiles y buques de asalto anfibio— y un submarino de ataque. También ha desplegado diez cazas F-35 en Puerto Rico, que se ha convertido en un centro neurálgico para las fuerzas armadas estadounidenses como parte del creciente enfoque en el Caribe.

Ese tipo de poderío bélico pone de manifiesto lo que los expertos describen como el anticuado equipo de la era soviética en el que Venezuela confiaría si el presidente estadounidense Donald Trump decidiera emprender una acción militar dentro del país.

Esto es lo que sabemos sobre las fuerzas a disposición de Caracas:

Una imagen soviética dura, pero envejecida

Un miembro de la Milicia Bolivariana sostiene un lanzador de misiles tierra-aire 9K338 "Igla-S" de fabricación rusa mientras participa en una manifestación contra la actividad militar estadounidense en el Caribe, en Caracas, el 30 de octubre de 2025.

Las Fuerzas Armadas Nacionales Bolivarianas (FANB), el ejército convencional de Venezuela, se ha forjado en las últimas dos décadas una reputación como potencia militar regional superior a la mayoría de sus vecinos latinoamericanos.

Gran parte de esa imagen se forjó a través de la sostenida adquisición de equipo ruso bajo el mandato del predecesor de Maduro, el fallecido presidente Hugo Chávez, un exsoldado profesional que debió su ascenso al poder al movimiento revolucionario que fundó dentro de las fuerzas armadas.

Después de que Chávez asumiera la presidencia en 1999 (siete años después de organizar un fallido golpe militar), canalizó los ingentes recursos petroleros del país hacia el ejército, comprando equipo ruso debido a un embargo informal de Estados Unidos y colocando a militares en puestos clave del gobierno.

En consecuencia, sistemas de armas como los cazas Su-30, los tanques de batalla T-72, los misiles antiaéreos S-300, Pechora y Buk, los sistemas portátiles Igla-S y los fusiles Kalashnikov —todos diseñados en la época soviética— han llegado a definir la imagen de las FANB. Este arsenal distingue a las fuerzas venezolanas de otros ejércitos de la región, que suelen depender más de armamento estadounidense o europeo (si bien Venezuela aún conserva algunos equipos obsoletos de diseño estadounidense de la época anterior a Chávez).

¿Un tigre de papel?

Personas caminan cerca del sistema de misiles tierra-aire ruso S-125 Neva/Pechora en un desfile militar celebrado como parte de las celebraciones del 213 aniversario de la independencia del país de España, en Caracas, Venezuela, el 5 de julio de 2024.

El problema de Venezuela es que, si bien en teoría cuenta con un ejército relativamente bien equipado, existen dudas sobre el mantenimiento de sus equipos y la capacitación de su personal, sobre todo porque el país ha sufrido más de una década de dificultades económicas, una de las tasas de inflación más altas del mundo y una caída en la producción de petróleo, todo ello agravado por las sanciones estadounidenses.

En parte debido a este colapso económico, unos 7,9 millones de venezolanos —muchos de ellos jóvenes en edad de realizar el servicio militar— han abandonado el país, según datos de la ONU.

Aunque el gobierno “reanudó recientemente modestos esfuerzos de mantenimiento y modernización”, según un informe de 2024 del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS), años de falta de inversión han tenido sus consecuencias.

“La FANB tiene un nivel bastante bajo de capacidad operativa y disponibilidad de activos, en parte porque han atravesado más de una década de crisis económica en el país”, dijo a CNN Andrei Serbin Pont, analista especializado en defensa del centro de estudios CRIES.

Fuerzas militares y milicias: En cifras

Soldados descansan después de participar en un desfile militar del Día de la Independencia en Caracas, Venezuela, el 5 de julio de 2023.

Actualmente, la FANB cuenta con aproximadamente 123.000 efectivos en servicio activo. El ejército tiene 63.000, la armada 25.500, la fuerza aérea 11.500 y la guardia nacional 23.000, según el IISS. A estas filas se suman unos 8.000 reservistas.

Además de sus unidades militares regulares, Venezuela puede recurrir a la Milicia Bolivariana, una fuerza de reserva compuesta por civiles. Fue creada por Chávez y lleva el nombre de Simón Bolívar, el revolucionario que logró la independencia de numerosos países latinoamericanos de España.

Sin embargo, el tamaño real de la milicia es incierto. Antes del reciente despliegue estadounidense, el IISS estimaba su número en 220.000, pero en agosto Maduro afirmó que desplegaría 4,5 millones de milicianos en respuesta. Semanas después, declaró que esperaba movilizar un total de 8,2 millones, aunque los expertos han puesto en duda tanto esta cifra como la calidad de su entrenamiento.

Ejército: Leal, ¿pero con una jerarquía desequilibrada?

Las Fuerzas Armadas venezolanas y tanques del ejército circulan por una carretera durante un ejercicio militar en Caracas, Venezuela, el 20 de septiembre de 2025.

Personal: Con sus 63.000 miembros, las fuerzas terrestres de Venezuela representan la mayor parte de su personal activo. Además, cuentan con la mayor trayectoria y son las más afines políticamente al gobierno venezolano.

Además de Chávez, tanto el actual ministro del Interior, Diosdado Cabello, como el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, pasaron por el ejército, y Padrino sigue siendo un general de cuatro estrellas en activo.

Un indicador de la creciente interconexión entre el gobierno y el ejército es el número inusualmente alto de generales y almirantes, cuyos ascensos se otorgan en función de la lealtad política. En 2019, el almirante Craig Faller, entonces jefe del Comando Sur de Estados Unidos, estimó esa cifra en unos 2000, en un discurso ante el Congreso estadounidense. «Más que en toda la OTAN», señaló. (En comparación, en 2025, Estados Unidos contaba con unos 850 para unas fuerzas armadas diez veces mayores).

“Ecuador es un convento, Colombia es una universidad y Venezuela es un cuartel”, reza un viejo dicho, atribuido a Bolívar, que resume la relación de los venezolanos con el ejército.

Armamento: Entre los sistemas más destacados adquiridos a Rusia en los últimos años se incluyen 92 tanques T-72B1 —similares a los que se utilizan en Ucrania— y 123 vehículos de combate de infantería BMP-3, que equipan a las brigadas blindadas junto con 81 tanques AMX-30 adquiridos previamente a Francia, según el IISS. Los sistemas de artillería incluyen el obús autopropulsado ruso Msta-S y los lanzacohetes Smerch.

Al mando está: El comandante estratégico operacional de todas las fuerzas armadas de Venezuela es Domingo Antonio Hernández Lárez. Su hermano, el mayor general Johan Alexander Hernández Lárez, está a cargo del ejército.

Fuerza Aérea: Alto nivel

Un avión de combate Sukhoi Su-30 de fabricación rusa de la fuerza aérea venezolana sobrevuela Caracas el 18 de abril de 2013.

Personal y armamento: Con 11.500 miembros, la Aviación Militar Bolivariana, o fuerza aérea, es la más pequeña de las fuerzas del país, pero ocupa un lugar de honor debido a la adquisición de equipo ruso que la ha distinguido entre sus competidores regionales en el Caribe y la mayor parte de América Latina.

En el centro de este arsenal se encuentran los Sukhoi Su-30MK2, cazas bimotores de alto rendimiento que, aunque desarrollados en la década de 1980 por la Unión Soviética, no tienen rival en América Latina.

A mediados de septiembre, la FANB compartió videos de dos de sus Su-30 armados con misiles antibuque Kh-31, también de fabricación rusa, en una demostración de lo que sigue siendo su sistema de armas más avanzado.

Se cree que Venezuela llegó a tener 24 de estos aviones, pero al menos tres se han estrellado, según el IISS. La ONG venezolana Control Ciudadano afirma que los accidentes ponen de manifiesto “problemas de obsolescencia del sistema, de mantenimiento y de falta de repuestos”.

Los Su-30 coexisten con algunos viejos cazas F-16 estadounidenses que Venezuela compró antes de que Chávez llegara al poder.

Venezuela también cuenta con sistemas de defensa aérea de fabricación rusa que incluyen 12 baterías de misiles S-300 de largo alcance; nueve sistemas Buk y 44 unidades Pechora, ambos de alcance medio; y numerosos lanzadores portátiles Igla-S, según el IISS.

Estas defensas, aunque avanzadas, probablemente serían los primeros objetivos de un adversario si estallara un conflicto, afirmó Serbin Pont, analista de CRIES.

Dirigido por: Mayor General Lenín Lorenzo Ramírez Villasmil.

Un barco patrullero de la armada venezolana navega frente a la costa caribeña en medio de crecientes tensiones con Estados Unidos, en Puerto Cabello, Venezuela, el 24 de octubre de 2025.

Personal y armamento: La Armada Bolivariana, cuyos 25.500 miembros tienen la tarea principalmente de realizar operaciones en el Caribe, se ha quedado rezagada con respecto a los otros servicios en términos de compras de armas en las últimas décadas.

Actualmente, su flota marítima cuenta con una sola fragata de la clase Mariscal Sucre (fabricada en Italia) y un submarino Tipo 209 (fabricado en Alemania), según el IISS. Además, dispone de nueve patrulleros oceánicos y costeros, cuatro de ellos adquiridos a España.

“La Armada perdió muchos de los activos que tenía antes de Chávez, y estos no fueron reemplazados por completo. Las corbetas compradas a España nunca fueron equipadas con armamento, hasta hace unos años, cuando se les instalaron misiles antibuque chilenos e iraníes, pero no cuentan con sistemas de defensa antiaérea viables”, dijo Serbin Pont.

Dirigido por: Almirante Ashraf Suleimán Gutiérrez.

¿Y las milicias?

Miembros de la Milicia Bolivariana se mantienen formados durante un entrenamiento militar, en medio de crecientes tensiones con Estados Unidos, en Caracas, Venezuela, el 11 de octubre de 2025.

En las últimas semanas, Maduro ha resaltado repetidamente el papel de la Milicia Bolivariana, formada en 2008 por Chávez para proporcionar una fuerza paramilitar leal que, si bien técnicamente forma parte de las fuerzas armadas, está directamente bajo el control del presidente.

Resulta difícil obtener una cifra definitiva de cuántas personas pertenecen a la Milicia Bolivariana, un término genérico que engloba a varios grupos con una amplia gama de experiencia y capacidad.

Días después de que se conociera la noticia del despliegue naval estadounidense, Maduro dijo en agosto que iba a “activar… a más de 4,5 millones de milicianos” tomados de “todas las fábricas y centros de trabajo del país”.

“Misiles y fusiles para la clase trabajadora, para que puedan defender nuestra patria”, dijo.

Posteriormente sugirió que la milicia cuenta con más de 8 millones de miembros.

Aparte de las discrepancias en el número, Serbin Pont dijo que si bien existían algunas milicias tradicionales compuestas por reservistas con experiencia militar, la mayoría de los grupos mostrados por el gobierno en la televisión y las redes sociales eran demasiado inexpertos para desempeñar un papel decisivo en el combate.

“Esas personas no tienen el entrenamiento suficiente. No existe una estructura armada real para movilizar a esos elementos, y esos elementos no serían efectivos en combate”, dijo.

Su verdadera utilidad, según sugirió Serbin Pont, era servir “como red de inteligencia y amenaza represiva contra la población civil precisamente porque se basan en una red que penetra en toda la sociedad”.