Con información de CNN

Ciudad europea pide a turistas no robar adoquines de sus calles históricas: Desaparecen 50 a 70 por mes

Por CNN Chile

26.05.2025 / 10:06

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El político local Franky Demon comentó a CNN que cuesta unos 225 dólares por metro cuadrado reemplazar los adoquines y reparar el daño. "Las piedras faltantes o sueltas crean peligro de tropiezo, y con frecuencia es necesario enviar personal municipal para realizar reparaciones”, advirtió.


(CNN) – Cuando los turistas dicen que les gustaría llevarse a casa un trocito de su lugar favorito, a veces lo dicen demasiado literalmente.

La pintoresca ciudad belga de Brujas ha pedido a los turistas que dejen de robar adoquines de sus calles medievales reconocidas por la Unesco.

El político local Franky Demon afirmó que se estima que desaparecen entre 50 y 70 adoquines por mes, incluso más durante la temporada alta, y que cuesta 200 euros (unos 225 dólares) por metro cuadrado reemplazarlos y reparar el daño.

“Aunque algunos puedan considerar esto inofensivo o peculiar, las consecuencias son graves”, declaró Demon a CNN. “La retirada de adoquines supone un claro riesgo para la seguridad tanto de los residentes como de los visitantes. Las piedras faltantes o sueltas crean peligro de tropiezo, y con frecuencia es necesario enviar personal municipal para realizar reparaciones”.

Demon comentó que un “perpetrador” aparentemente incluso se tomó la molestia de reemplazar una piedra faltante con una flor plantada. “Un gesto caprichoso, pero que subraya la falta de respeto por nuestro patrimonio común”, dijo.

“Simplemente pedimos respeto. Pasear por Brujas significa recorrer siglos de historia”, manifestó, añadiendo que “estos adoquines no son solo piezas de piedra; forman parte del alma de nuestra ciudad. Animamos a los visitantes a disfrutar de Brujas, pero a dejar su belleza intacta para los demás”.

Al igual que Venecia, Barcelona y otras ciudades históricas europeas, Brujas ha tenido dificultades para hacer frente al exceso de turismo.

En 2019, la ciudad votó para reducir el número de cruceros que podrían atracar en el cercano puerto de Zeebrugge y puso fin a las campañas de promoción turística en destinos cercanos como París para desalentar a los excursionistas.

Los visitantes de Brujas que quieran un recuerdo de sus vacaciones podrían considerar una caja de bombones belgas.