¿Por qué haber demonizado el CAE?: Mansuy sobre las similitudes que tendría el FES si es que se aprueba en el Congreso
Por Daniel Mansuy
11.11.2025 / 23:51
{"multiple":false,"video":{"key":"yhY3EGXa3tc","duration":"00:01:43","type":"video","download":""}}
El panelista de Tolerancia Cero, Daniel Mansuy, planteó: “¿Cuál sería entonces la diferencia del FES con el CAE si se aprueba así? ¿Por qué haber demonizado el CAE para terminar reemplazándolo por un instrumento que tendrá otro nombre, pero la misma lógica?”.
Del candidato Gabriel Boric fue la condonación del Crédito con Aval del Estado (CAE). Ese era el gran anhelo de su generación, la conexión con sus votantes y la causa que, de hecho, los llevó al estrellato: la deuda estudiantil.
Todas las otras promesas eran voladores de luces o declaraciones de buena voluntad, pero esta era seria, y de hecho mereció, en un hecho inaudito, una cadena nacional y una alusión en la tan recordada campaña del diputado Gonzalo Winter. El proyecto para reemplazar el CAE fue bautizado como Financiamiento Público para la Educación Superior (FES), y en su versión original el FES tenía dos grandes diferencias con el CAE.
En primer lugar, la idea era que no se tratara de un crédito, sino de una retribución solidaria que debía ser pagada durante veinte años, sin que el monto cancelado tuviera relación con el costo real. Es decir, profesionales exitosos podrían terminar pagando varias veces el valor de su carrera, desincentivando, por supuesto, el ingreso al FES.
La segunda diferencia era que debía impedirse el copago, de modo que los aranceles universitarios quedaran fijados de una vez por todas por el Estado, con las consecuencias que conocemos.
La discusión ha avanzado lentamente, pero algo ha quedado claro: no hay espacio político para aprobar ninguna de las dos innovaciones en su versión original. Todo indica que, de aprobarse, el FES irá con copago y que el pago no estará desconectado del costo de la carrera.
La pregunta surge de inmediato: ¿cuál sería entonces la diferencia del FES con el CAE si se aprueba así? ¿Por qué haber demonizado el CAE para terminar reemplazándolo por un instrumento que tendrá otro nombre, pero la misma lógica? ¿No suena esto muy parecido a lo que ocurrió con las AFP?
Estas son las preguntas que el ministro Nicolás Cataldo deberá responder en las próximas semanas para saber qué quedará de la promesa original del movimiento estudiantil.