Por Fernando Paulsen
{"multiple":false,"video":{"key":"ygAFxdgKg70","duration":"00:01:27","type":"video","download":""}}

Stephen Hawking, el extraordinario físico inglés, fallecido hace cinco años, experto en agujeros negros, relatividad general, singularidades espaciotemporales y otras materias con nombres compuestos, que parecen imposibles de comprender para la gran mayoría de los habitantes de este planeta. El mismo Hawking que fue prisionero de una enfermedad feroz, llamada Esclerosis Lateral Amiotrófica, que lo postró en una silla de ruedas por 55 años, deteriorándolo progresivamente ante la vista de todos, sin dejar de investigar y descubrir, hasta morir en 2018.

Este hombre postrado pensaba en la humanidad como un todo, no en partes, como es tan común que lo hagamos los demás. Y planteó que los problemas de nosotros, aquí en la Tierra, debíamos mirarlos desde el espacio, como lo hacen los astronautas cuando flotan desafiando la gravedad.

Decía Hawking: “Cuando contemplamos la Tierra desde el espacio, nos vemos a nosotros mismos como un todo. Vemos nuestra unidad y no nuestras divisiones. Es una imagen simple con un mensaje cautivador: un solo planeta, una sola especie humana“.

Una nueva Constitución es una mirada al país, a lo Hawking, buscando aspectos comunes que valgan para todos. No una guerra de partes donde gana el que momentáneamente la lleva.

Si se nos ha olvidado eso, vale la pena tratar de recordarlo.

Tags:

Deja tu comentario