Navidad: ¿Cuál es la verdadera historia de su origen?
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La neurocientífica Gina Rippon explica cómo los estereotipos afectan el desarrollo cerebral y la autoestima, y qué podemos hacer para cambiar esta realidad.
La construcción de estereotipos es un proceso inevitable en la mente humana, ya que funciona como un atajo para simplificar la comprensión del entorno.
Sin embargo, la neurocientífica Gina Rippon, profesora emérita de neuroimágenes cognitivas en Aston Brain Center, señala que esta habilidad humana también tiene un lado oscuro: los estereotipos pueden condicionar la percepción, limitar las oportunidades y afectar la autoestima.
Según Rippon, el cerebro humano utiliza estereotipos como un recurso para agilizar la toma de decisiones y ahorrar energía cognitiva. Sin embargo, estos atajos no siempre reflejan la realidad y terminan por generar creencias que condicionan las capacidades de las personas, en especial en áreas como el género.
Rippon destaca cómo las expectativas de género profundamente arraigadas durante siglos influyen en los roles y habilidades que se atribuyen a hombres y mujeres.
Por ejemplo, la idea de que las mujeres son más empáticas y cuidadoras y los hombres más lógicos y racionales se convierte en una profecía autocumplida, ya que desde la infancia se incentivan distintos intereses y habilidades según el género, afectando así el desarrollo cerebral y personal.
La neurocientífica subraya que los estereotipos no solo moldean nuestras creencias, sino también nuestro sentido de pertenencia y autoestima. Desde pequeños, los niños buscan encajar en los grupos sociales y absorber las expectativas de su entorno, lo cual determina en gran medida sus intereses y habilidades.
En este contexto, Rippon argumenta que los estereotipos pueden hacer que muchas personas abandonen carreras científicas o creativas, no por falta de habilidades, sino por falta de oportunidades y apoyo en sus entornos de desarrollo. Esto resulta en una pérdida de potencial humano para la sociedad.
Para Gina Rippon, la clave para superar los efectos negativos de los estereotipos radica en intervenir desde temprana edad.
Esto incluye la exposición a roles no tradicionales en cuentos, juegos y actividades que desafíen las expectativas de género y fomenten una autoimagen positiva y variada.
Rippon sugiere que también es importante cuestionar la influencia de figuras como Andrew Tate en la juventud actual, quienes suelen aprovecharse de inseguridades relacionadas con la autoestima y el sentido de pertenencia.
En palabras de Rippon, la lucha contra los estereotipos es un desafío a largo plazo, pero es esencial abordarla tanto a nivel individual como social para garantizar una sociedad más inclusiva y justa, en la que cada persona pueda desarrollar su máximo potencial.
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