La nadadora, conocida como "la Sirena de Hielo", completó este jueves la travesía ida y vuelta por el que es considerado "el Everest de los nadadores". Horas después de su proeza, habló con Al Día en CNN Chile Radio sobre la que calificó como el desafío más difícil de su carrera.
“Como que me duele todo en verdad”, dijo Bárbara Hernández apenas tomó contacto con el programa Al Día en CNN Chile Radio, con la emoción y el cansancio todavía palpables en su voz tras completar la histórica hazaña de hacer el doble cruce del Canal de la Mancha a nado.
Fueron exactamente 27 horas y 19 minutos las que necesitó Hernández para recorrer ida y vuelta el llamado “Everest de los nadadores”. Nunca antes había estado tantas horas en el agua. “Súper contentos, súper agradecidos del equipo, también de la gente, todo el mundo que nos mandó sus buenos deseos, pero muy, muy lindo y muy difícil”, comentó.
La dificultad extrema del desafío quedó marcada por las complejas condiciones del canal, con aguas de temperaturas variadas y corrientes impredecibles. Hernández destacó cómo en medio de la travesía “siguen pasando estos cargueros, estos tremendos como buques, buques container, al lado tuyo casi, entonces también hacen como olas grandes”.
Pero el mayor desafío llegó en la parte final del recorrido de regreso. “Estuvimos realmente muchas horas batallando contra el viento, el oleaje, fue súper difícil poder terminar el nado”, relató.
Momentos límites en medio del mar
El tramo final fue especialmente dramático. La nadadora contó cómo pasaron “más de 3 horas nadando contra corriente para poder llegar a una de las playas”, y cuando ya parecía que llegaba el momento de tocar tierra, su equipo descubrió “rompientes de olas, es como una especie de marejada”.
Agotada física y emocionalmente, Bárbara describió el momento en que finalmente logró salir del agua: “Yo me quedé sentada ahí, te juro, de verdad, llorando, porque estuvimos por lo menos 4 horas tratando de terminar el nado”.
Hernández confesó lo duro que fue enfrentar los efectos de la hipotermia y un golpe que sufrió en la primera llegada: “Me torcí el pie, una ola me azotó la espalda como contra unas rocas”. Esta experiencia aumentó aún más su temor en el tramo final.
A pesar de estas dificultades, el apoyo de su equipo fue fundamental. “Muy buen trabajo en equipo”, destacó, agradeciendo especialmente a su preparador físico y entrenador por permitirle enfrentar este enorme desafío.
Encuentros inesperados y reflexiones en el agua
Durante esas interminables horas en el agua, Hernández tuvo encuentros sorprendentes con la fauna marina local. “Veo una tremenda cabeza y, claro, era una foca acá que tiene un pedigrí distinto porque es distinta a las nuestras”, recordó con humor.
La travesía no estuvo exenta de otros encuentros menos amistosos: “Choqué con una medusa en la cara, otra en la mano, pero esas son parte de las reglas del juego”, relató
Finalmente, reflexionó sobre su fuerza interior durante este épico cruce, asegurando que “uno persigue su sueño hasta el final, a corazón completo, y bueno, el resultado será o no será, pero no porque uno claudica antes”. Ahora queda descansar y digerir esta proeza que quedará grabada en la historia del deporte chileno.
Escucha acá la conversación con Bárbara Hernández en CNN Chile Radio: