Pese a la derrota ante el Real Madrid en el Santiago Bernabéu, el delantero chileno fue la gran figura del Sevilla, liderando el juego ofensivo, generando las ocasiones más claras y recibiendo elogios transversales por su actuación apenas un día después de cumplir 37 años.
El marcador marcó derrota, pero el protagonismo tuvo otro nombre. En el Santiago Bernabéu, bajo los focos y frente a uno de los rivales más exigentes del mundo, Alexis Sánchez volvió a mostrar destellos de la jerarquía que lo convirtió en una de las grandes figuras del fútbol chileno.
El Sevilla cayó por 2-0 ante el Real Madrid, pero el tocopillano fue el jugador que más incomodó al equipo local y el que se llevó los aplausos, incluso en la derrota.
Desde el arranque, el chileno se mostró activo, pidiendo el balón, retrocediendo para participar en la elaboración y atacando los espacios con decisión. Cada intervención suya parecía romper el libreto de un partido que, en la previa, tenía al Madrid como amplio favorito. El Sevilla no ganó, pero compitió, y gran parte de esa rebeldía pasó por los pies del número diez.
Las ocasiones llegaron. Y no fueron pocas. Sánchez probó desde fuera del área, se asoció con sus compañeros y estuvo cerca del gol en más de una oportunidad, pero se encontró con un Thibaut Courtois inspirado, que sostuvo al conjunto blanco cuando más lo exigían.
Al final del encuentro, el propio Alexis resumió la sensación del equipo: “Tuvimos ocasiones, que es importante. Creamos muchas y eso es lo que extrañaba yo: tener ocasiones, patear al arco… Estaba jugando con el balón atrás, pero esta vez ante el Real Madrid y tuvimos ocasiones. El portero de ellos (Courtois) estuvo espectacular. Lo conozco de la Premier League, así que no me extraña”.
El partido no solo fue una buena actuación individual, sino también una respuesta a semanas complejas. Las críticas, las dudas físicas y las lesiones habían puesto al chileno bajo la lupa. En Madrid, respondió en la cancha. Con liderazgo, despliegue y personalidad. Y también con autocrítica, apuntando a la regularidad que necesita el equipo.
“En general, tienen (sus compañeros) que relajarse y jugar al fútbol en todos los partidos, no solamente en un partido con un equipo importante”, señaló. “Si el equipo juega así constantemente, contra todos los equipos, seremos más fuertes. Luego, los detalles, los goles, las ocasiones… Eso es lo más difícil del fútbol, pero hoy quedamos contentos porque tuvimos las ocasiones. Tuvimos el balón ante un gran rival”.
El encuentro tuvo además un valor simbólico. Fue el partido número 100 de Alexis Sánchez en LaLiga, una cifra que refleja una carrera de alto nivel en el fútbol español: 88 encuentros con el Barcelona y 12 con el Sevilla. Todo ello, apenas un día después de cumplir 37 años, confirmando que la experiencia sigue siendo un activo y no una carga.
Tras el pitazo final, el mensaje continuó fuera de la cancha. “Triste por el resultado, pero feliz por mis compañeros, que jugando de esta forma el 2026 estoy seguro que volveros a darle una alegría a toda la gente y afición del Sevilla” escribió en sus redes sociales, reforzando el tono de confianza y liderazgo.
La transmisión televisiva también coincidió en el diagnóstico. “Fue de lo mejor del Sevilla, quizás el mejor”, comentaron los relatores. Y no fue exageración. A los 37 años, Alexis Sánchez volvió a ser protagonista en el Bernabéu. El resultado quedó en segundo plano. La señal, en cambio, fue clara: la “Maravilla” sigue viva.