Las declaraciones de Skarsgård aluden a un periodo documentado en las memorias de Bergman, donde el director reconoció haber tenido simpatías por el nazismo durante su juventud.
Stellan Skarsgård, con una carrera de más de cinco décadas en cine, televisión y teatro, ha trabajado con destacados directores europeos y estadounidenses.
Fue dentro de esa misma línea que el actor sueco abordó públicamente su visión sobre Ingmar Bergman durante una entrevista en el Festival Internacional de Cine de Karlovy Vary.
Ello, en el marco de su participación en el certamen, donde fue homenajeado con el Crystal Globe y presentó la película Sentimental Value.
“Mi complicada relación con Bergman tiene que ver con que no era una persona muy agradable. Era un buen director, pero aún se puede admitir cuando alguien es un imbécil. Caravaggio probablemente también lo era, pero hizo grandes pinturas”, afirmó, haciendo referencia a la dimensión personal del reconocido cineasta.
El actor también se refirió al contexto histórico en que se desarrolló la juventud de Bergman, y a su percepción personal sobre sus actitudes.
“Bergman era manipulador. Fue un nazi durante la guerra y la única persona que conozco que lloró cuando murió Hitler”, sostuvo.
“Seguíamos excusándolo, pero tengo la sensación de que tenía una visión muy rara sobre los demás. (Pensaba que) algunas personas no eran dignas. Lo sentías, cuando manipulaba a otros. No era amable”, agregó.
Las declaraciones aluden a una etapa conocida de la biografía de Bergman.
En su autobiografía La linterna mágica, el cineasta reconoció haber sido simpatizante del régimen nazi en su adolescencia, aunque afirmó posteriormente haber cambiado esa postura con el paso del tiempo.
En Karlovy Vary, en tanto, Skarsgård fue reconocido por su trayectoria y presentó una producción en la que interpreta a un director de cine que intenta reconstruir vínculos familiares.
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