“La emergencia está llegando a su fin”. Así lo anunció hoy la presidenta Bachelet tras reunirse en La Moneda con los ministros y comprobar la disminución de los focos de incendio en el país, “pero no hay que bajar la guardia” agregó la mandataria, advirtiendo que la temporada de incendios se extiende hasta abril.
Esa frase, sin embargo, debería ser una máxima; permanente en un país de catástrofes naturales. No bajar la guardia debería implicar una rápida y acuciosa tramitación del proyecto de ley que establece un sistema nacional de emergencia y protección civil además del proyecto de Servicio Nacional Forestal.
El Gobierno los comprometió para marzo, pero el primero está en el Congreso desde 2011, cuando el terremoto de 2010 dejó al descubierto las falencias de la ONEMI y el segundo desde 2012.
Durante todo ese tiempo, autoridades y el Congreso bajaron la guardia. Hoy lamentamos las consecuencias.
El hallazgo de la denominada supergripe, esperado por el comportamiento global del virus, se produce en un contexto de descenso de la actividad de influenza a nivel nacional. Las autoridades enfatizaron que esta variante de supergripe no representa un virus nuevo y que la vacuna de 2025 continúa entregando protección frente a cuadros graves.