A eso de las 12:45 horas del jueves pasado, una bomba explotó en la 54 comisaría de Huechuraba, dejando a ocho carabineros heridos y movilizando tanto a autoridades como personal policial.

La encomienda había llegado al lugar minutos antes, dirigida al comisario Manuel Guzmán Hernández, fue entregada por una funcionaria de CorreosChile al guardia de turno.

Lee también: Oficina de CorreosChile que recibió y despachó bombas no cuenta con equipos para detectar explosivos

Pero no era la única. A las 10:00 de la mañana del jueves, llegó un paquete de idénticas características a las oficinas de Quiñenco, en Las Condes. El destinatario era el ex ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter.

Según informa El Mercurio, pese a que en el edificio corporativo sí cuentan con un sistema de seguridad para detectar bombas, esta vez no funcionó y el paquete llegó hasta el mismo escritorio del ex secretario de Estado.

“Tuve distintas reuniones y solamente producto de haber tenido una mañana bastante frenética y agitada no abrí la caja, pero sí la vi en el escritorio de mi secretaria. De hecho, en algún minuto pensé abrirla, pero por alguna circunstancia fortuita y providencial me distraje y se me olvidó que la iba a abrir”, relata Hinzpeter en conversación con La Tercera.

Cuenta que en normalmente cuando recibe correspondencia, la abre apenas llega y que ésta no sería la excepción. “Sé que lo vi, que pensé abrirlo, que quise abrirlo, y no sé por qué me distraje y volví a mis reuniones. Eso terminó por salvarme de abrir el paquete”, agrega.

Señala que estaba almorzando con Óscar Hasbún, gerente general de la Compañía Sudamericana de Vapores, cuando recibió un llamado desde La Moneda.

Le contaron que se había producido la explosión de Huechuraba y que -a través de CorreosChile- habían identificado que el mismo remitente le había enviado un paquete a su nombre. “Cuando volví al edificio, ya estaba evacuado y con el GOPE adentro”, recuerda.

Hinzpeter señala que, aunque no era la primera vez que recibía una amenaza de muerte, tras esa llamada, se sintió desconcertado. “Una amenaza es como que alguien te diga que te va a disparar, mientras que aquí la sensación es que te dispararon, que la bala salió y, por alguna circunstancia fortuita -un resbalón, por ejemplo-, no me llegó”, relata.

“Afecta severamente a la vida cotidiana”

En la misma entrevista, el actual gerente legal del grupo Quiñenco afirma que no quiere protagonizar un hecho que afectó mucho más a Carabineros.

Además, descarta de plano que esto se trate de un montaje, como se ha comentado en Twitter. “Lo considero una enorme idiotez y no tienen ningún sentido”, dice.

Lee tambiénFiscalía investiga que paquetes bomba contendrían pólvora industrial de alto poder destructivo

Señala que, si bien no tiene razón para explicar por qué no abrió el paquete, sí tiene dudas respecto de qué pasará en el futuro.

“(Queda una) pregunta, que es inquietante, muy molesta, es si va a haber o no un segundo intento, cuándo, si sería en la misma forma, etcétera. La verdad es que es una cuestión que afecta severamente la vida cotidiana”, dice.

Y aunque admite que esa noche durmió bien, señala que quedó con la sensación de “haberse salvado”. “Pensaba que el 25 de julio del 2019 pudo haber sido el día de mi muerte. Afortunadamente, no lo fue”, afirma.

Lee también: Aumentan medidas de seguridad en el Congreso tras atentado a comisaría

Tags:

Deja tu comentario