Edwards explicó que en un principio se trataban de dos proyectos distintos a la Ley de Fármacos aprobada está semana. En la que trabajó, se trataba la venta de remedios sin receta fuera de los recintos farmacéuticos, pero que el lobby generado durante la tramitación en la comisión de economía fue “muy fuerte” y que había sido, entre todas las leyes que ha trabajado, “es el proyecto que ha tenido más lobby de los que me ha tocado trabajar”.
Sobre la polémica en la ley, el diputado contó que en las afueras de la comisión hubo permanentemente representantes de las farmacias tomándose un café en el Congreso o intentando ubicar a los parlamentarios de la comisión para contar lo que pensaban “buenamente” sobre la iniciativa. Aclaró que el tema no se refiere a corrupción y poca transparencia, sólo que en su caso nunca le había tocad un proyecto de ley “en que haya habido tanta presencia del grupo de interés al cual se estaba regulando”, encontrando la razón a las palabras del ministro Mañalich.
Ante las palabras del encargado de Salud, que “lo vio con sus propios ojos”, recalcó que debe ser el propio ministro quien responda a sus declaraciones, pero que por su parte el lobby “fue muy fuerte y en los personal me molestó muchísimo”.
Cuando una persona representa un interés, “por supuesto” que van al Congreso a intentar hacer ver la visión que tienen de la problemática, por lo que le parece razonable que intenten hacer contacto con la mayor cantidad de gente. Su preocupación está en que en este caso hay “un millón de chilenos que donde viven no tiene acceso a la venta regular de medicamentos”, de los cuales el representa algunos, entonces que la cámara lo rechazara “me parece muy malo”, enfatizó Jóse Manuel.
Experto en política estadounidense y ex subsecretario de Asuntos Hemisféricos de EE.UU., el cientista político chileno analiza las elecciones presidenciales y su impacto en la relación de EE.UU. con América Latina.