Los reclusos deportados desde EE.UU. comparten celdas, rutinas y restricciones con los convictos salvadoreños, según constató CNN durante una visita inédita al penal de máxima seguridad impulsado por el presidente Nayib Bukele.
El director del Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot) en El Salvador, Belarmino García, aseguró este martes que los hombres deportados por Estados Unidos están viviendo bajo “las mismas” condiciones que los criminales convictos detenidos en la instalación.
Las declaraciones fueron realizadas durante un recorrido exclusivo para CNN, la primera cadena de noticias estadounidense en ingresar al penal desde el último vuelo de deportación.
García evitó entregar detalles específicos sobre los deportados, limitándose a confirmar que se encuentran dentro del Cecot. “No hay privilegios”, afirmó ante la insistencia de los periodistas.
Esto implicaría que los deportados, incluidos aquellos enviados por error, podrían estar sometidos a las estrictas condiciones del recinto: cabezas afeitadas, celdas comunales para hasta 100 hombres con encierro de 23 horas y media al día, sin muebles, colchones ni almohadas.
Según fuentes consultadas por CNN, si bien las condiciones podrían ser “menos rígidas” para los deportados, las instalaciones son las mismas.
Las celdas no tienen privacidad y los reclusos usan baños abiertos y lavamanos de cemento, todo bajo constante vigilancia. Las luces permanecen encendidas de forma permanente y hay vigilancia desde pasarelas elevadas.
Uno de los casos que ha llamado la atención es el de Kilmar Armando Abrego García, un trabajador del metal y padre de tres hijos, deportado desde Maryland debido a un “error administrativo”. Su familia ha iniciado una batalla legal para revertir su expulsión.
El caso se encuentra actualmente en la Corte Suprema de EE.UU., que extendió el plazo para que la administración lo repatrie.
García no confirmó si Abrego está en el sector 8 del Cecot, donde se ubican los deportados, al cual CNN no tuvo acceso. Sin embargo, detalló que los reclusos pueden participar en audiencias judiciales virtuales desde salas equipadas con videoconferencia, custodiados por personal armado.
El Cecot fue inaugurado en enero de 2023 en medio del régimen de excepción impulsado por el presidente Nayib Bukele. Según García, la población carcelaria se aproxima a los 40.000 internos, aunque evitó entregar cifras precisas por razones de seguridad.
El año pasado, el mismo funcionario estimó que había entre 10.000 y 20.000 reclusos.
La prisión ha sido criticada por organismos de derechos humanos que cuestionan la suspensión de garantías constitucionales bajo el estado de emergencia.
Bukele ha reconocido que se han producido detenciones erróneas, aunque asegura que varios miles de personas ya han sido liberadas.
El mes pasado, la secretaria de Seguridad Nacional de EE.UU., Kristi Noem, visitó el penal y lo presentó como una advertencia para los inmigrantes indocumentados.
“Esta es una de las consecuencias que podrían enfrentar”, afirmó en un mensaje grabado. “Serán deportados y procesados”.
Para sus críticos, el Cecot representa un retroceso en materia de derechos. Para otros, en cambio, es símbolo de una estrategia que ha devuelto la seguridad a un país que alguna vez fue conocido como la “capital del asesinato del mundo”.
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