Un tribunal en Francia consideró legal el despido de un trabajador de correos que se negó reiteradamente a someterse a un test de alcohol tras llegar con aparentes signos de ebriedad.
El Tribunal de Apelación de Lyon, en Francia, confirmó el despido de un cartero que se negó a realizarse una alcoholemia tras llegar a su lugar de trabajo con aparentes signos de ebriedad, en un caso ocurrido en 2019 y que volvió a generar debate sobre los límites del control laboral.
La justicia determinó que la desvinculación fue legal y procedente, al considerar que el trabajador incurrió en una falta grave según el código de conducta de la empresa estatal de correos francesa La Poste.
Llegó al trabajo tras consumir alcohol
De acuerdo con lo informado por el medio francés Le Figaro, el hecho ocurrió a las 07:00 horas del jueves 21 de marzo de 2019, cuando el cartero se presentó en su lugar de trabajo con signos evidentes de haber consumido alcohol.
Consultado por su superior, el trabajador reconoció que se había acostado cerca de las 02:00 de la madrugada tras haber ingerido dos o tres vasos de whisky la noche anterior.
Ante esta situación, su jefe le solicitó someterse a una prueba de alcoholemia, procedimiento contemplado en el reglamento interno de la empresa. Sin embargo, el cartero se negó a realizar el test en tres ocasiones consecutivas.
Tras la negativa reiterada, la empresa decidió despedir al trabajador por falta grave, pese a que acumulaba 17 años de servicio. La sanción no se basó en el consumo de alcohol en sí, sino en la negativa a cumplir con una medida de control establecida en la normativa interna.
El cartero intentó posteriormente revertir la decisión presentando un examen de alcoholemia realizado en un hospital a las 21:12 horas de ese mismo día, es decir, cerca de 14 horas después del inicio de su jornada laboral. El resultado marcó 0 alcohol, pero el tribunal consideró que dicha prueba carecía de validez para el caso.
Durante el proceso judicial también se estableció que el trabajador ya había sido sancionado anteriormente por introducir alcohol en la empresa. Según el fallo, este comportamiento reiterado justificaba una reacción inmediata por parte del empleador.
El abogado laboralista Henri Guyot explicó al medio Noticias Trabajo que “negarse a someterse a una prueba prevista en la normativa interna ya puede considerarse una falta, sobre todo si se solicita en varias ocasiones”.
Además, el tribunal tuvo en cuenta que el cartero debía conducir como parte de sus funciones, lo que implica un riesgo para terceros. Por ello, el empleador estaba legitimado para exigir el control.
El fallo recordó que en Francia una alcoholemia solo puede ser exigida si está contemplada en el reglamento interno de la empresa y si el puesto de trabajo implica un riesgo real para la seguridad.