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El sacerdote jesuita, Renato Poblete, falleció en febrero de 2010. Casi nueve años después, sale a la luz el testimonio de Marcela Aranda, académica de Teología de la Universidad Católica. Su denuncia sobre abusos sexuales que se remonta a cuando tenía entre 19 y 20 años.

La Compañía de Jesús reaccionó rápidamente a la denuncia y afirmaron que encuentran investigando los hechos. Mientras tanto, tras la revelación hubo una serie de reacciones de distintos sectores, desde figuras políticas pidiendo un cambio de nombre al Parque Renato Poblete, hasta el alegato del abogado de Aranda, Juan Pablo Hermosilla, quien afirmó que se ha normalizado la cultura del encubrimiento entre autoridades religiosas.

En conversación con Última Mirada, Joaquín Silva, decano de la facultad de Teología de la UC, explicó que los mismos jesuistas recibieron el testimonio como una “denuncia seria” y “plausible”.

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“Ella misma, en su relato, en la entrevista, ella habla del tema con mucho respeto de sí misma, con mucho respeto de la situación global, pero a la vez con mucha claridad de aquello que ella quiere, qué desea, qué espera de todo esto”, detalló.

Silva espera que, a raíz del testimonio, se de inicio a “un modo distinto de abordar estos casos” y las situaciones que provocan los abusos sexuales en la Iglesia.

La conversación con Juan Ochagavía

Marcela Aranda dice en su relato que conversó con el entonces provincial de la Compañía de Jesús, Juan Ochagavía, sobre lo ocurrido, pero que su denuncia no fue canalizada.

“A mí, dicho bien francamente, no me extrañaría que hubiese pasado en lo cual se hubiese comportado como otros muchos se comportaban en estas situaciones semejantes“, afirmó Silva en relación a los encubrimientos que se produjeron en casos ocurridos décadas atrás.

Consultado sobre qué es lo que un miembro de la Iglesia intenta ocultar al momento de no hacer prosperar las denuncias, el decano sostuvo que “las primeras reacciones tienen que ver con la protección del nombre, de la fama, del prestigio”, y no -como se señala desde una perspectiva teológica- colocando a las víctimas en primer lugar.

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Cambios imperativos

En materia de respuesta a los abusos, Silva aseguró que existe un trasfondo teológico en la manera de entender el catolicismo, que puede ser visto como una comunidad entre hermanos o bien una cúpula jerárquica.

Sobre este último punto aseguró que “es lo que se ha denominado muchas veces el clericalismo, y el clericalismo, ¿qué base teológica tiene? Absolutamente ninguna. Y, sin embargo, es el clima que generalmente impera en la comunidad eclesial”. 

En ese sentido, explicó que “hay cambios que, desde el punto de vista teológico, son un imperativo para la Iglesia, pero que encuentra mucha resistencia (…) y en la misma iglesia chilena”, añadiendo que muchos no comparten total o parcialmente los diagnósticos del Papa Francisco en relación a la búsqueda de”conversión” de la Iglesia Católica en una dirección que vaya a terminar con las élites y los encubrimientos.

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