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Estados Unidos y los talibanes anunciaron el sábado un histórico acuerdo que busca poner fin la guerra que ya se extiende hace 18 años en Afganistán.

El documento fue firmado en la capital de Qatar, Doha, por un enviado especial estadounidense y el líder talibán Mullah Abdul Ghani Baradar, y busca allanar el camino para una retirada total de todas las tropas de los países de la OTAN en Afganistán en un plazo de 14 meses.

Los talibanes, por su parte, acordaron no permitir que Al Qaeda, ni ningún otro grupo extremista, opere en las áreas que ellos controlan. Sin embargo, las negociaciones ahora deben continuar con el gobierno afgano, el que deberá sumarse al acuerdo. De concretarse, el presidente Donald Trump cumpliría su promesa de retornar a los 14 mil soldados estadounidenses de la guerra más larga que Estados Unidos mantiene actualmente.

En Última Mirada, el analista internacional Raúl Sohr planteó que “no cabe duda que el gobierno afgano es un brazo y EE.UU. es otro y que tienen algún nivel de coordinación y probablemente esto estaba previsto. Es decir, poner en el acuerdo la liberación de los prisioneros, pero cuando llegue la hora, el gobierno afgano pone sus condiciones y así entra a las negociaciones. Pero esto abre un gran signo de interrogación sobre qué va a ocurrir”.

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Ante la interrogante sobre qué pasará si se retira la presencia norteamericana de Afganistán, Sohr afirmó que “el gobierno afgano no tiene los recursos para mantener a su ejército. El ejército afgano en un momento tenía mil generales, es decir, ser general en el gobierno afgano es una forma de ganarse la vida, se compra el cargo y operan con niveles de corrupción que son faraónicos y uno se pregunta qué eficacia pueden tener, hasta qué punto están infiltrados por los talibanes, que de hecho, controlan geográficamente la mitad del país“.

Además, sostuvo que mientras los talibanes no toquen a estadounidenses, Trump no cambiará de parecer.

“Quizás la mayor interrogante, además de las relaciones, son los derechos democráticos, en particular con las mujeres en Afganistán, porque el régimen talibán fue de una misoginia, de un nivel de opresión sobre las mujeres, realmente cavernario“, explicó Sohr.

Finalmente, dijo que “si han logrado cercar a Kabul en forma efectiva y controlar la mitad del país, uno se pregunta qué va a poder hacer el gobierno afgano si no tiene el respaldo y las fuerza aérea y los inmensos recursos que le cede Estados Unidos“.

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