Carlos Ramos, presidente del Colegio de Entrenadores, criticó duramente a la dirigencia de Blanco y Negro por presionar públicamente la salida del técnico, advirtiendo que esta estrategia puede poner en riesgo la integridad del profesional ante un entorno cargado de violencia e intolerancia.
En medio de la creciente presión que enfrenta Jorge Almirón por el irregular rendimiento de Colo Colo en la presente temporada, el presidente del Colegio de Entrenadores de Chile, Carlos Ramos, alzó la voz para advertir sobre las consecuencias que puede acarrear el clima hostil que rodea al técnico albo.
Las críticas hacia el estratega argentino se han intensificado tras los últimos resultados adversos, y desde la interna de Blanco y Negro ya habrían decidido poner fin a su contrato. Sin embargo, la millonaria cláusula de salida ha frenado, por ahora, su desvinculación.
En conversación con CNN Deportes, Ramos cuestionó con dureza la forma en que los dirigentes han gestionado el conflicto, calificándola como una “cobardía inmensa”.
A su juicio, se ha instalado una peligrosa práctica en el fútbol chileno: exponer deliberadamente a los entrenadores al juicio de la hinchada y los medios, con el objetivo de forzar su salida sin asumir responsabilidades contractuales.
“Lo más nefasto que se está haciendo es presionar de esta forma indebida. Me parece de una cobardía inmensa cuando se trata de echarle encima la presión, la hinchada, los fanáticos —aquellos más radicalizados, como les dicen ‘termos’ en el fútbol— a una persona que está cumpliendo su labor, bien o mal, pero como profesional”, expresó Ramos.
Más aún, el dirigente advirtió que esta estrategia de desgaste no solo busca evadir compromisos económicos, sino que también pone en riesgo la integridad física del técnico, en un escenario social y futbolístico marcado por la violencia.
“No me cabe la menor duda de que, en algún momento, Jorge podría enfrentar una situación de amenaza real. Estamos viviendo tiempos complejos. Colo Colo viene saliendo de un episodio delicado en términos de violencia, y todo esto se puede trasladar al trabajador, en este caso a Almirón. Hay que tener mucho cuidado con eso”, alertó.
Ramos también recalcó que Almirón no puede ser señalado como único responsable del mal momento del club, y exigió que las decisiones se adopten de forma profesional y bilateral.
“Aquí debe haber un acuerdo de las dos partes. Lo que no corresponde es recurrir a estas maniobras para desligarse del contrato que ellos mismos firmaron. Eso habla muy mal de la dirigencia”, sentenció.
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