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El miércoles en la mañana, el municipio de Santiago trabajaba a toda máquina en confeccionar sus propias cajas de alimentos para los vecinos, la medida del momento para enfrentar la pandemia, luego que el gobierno anunciara la entrega de 2,5 millones de unidades.

Por eso, era lógico que el alcalde Felipe Alessandri, uno de los estandartes del oficialismo en esta crisis, estuviera en plena faena dirigiendo la operación. El jefe comunal escogió esa instancia para pedir algo que pocos han solicitado desde el sector político del gobierno: fijar precios para los productos que componen la canasta básica.

Según el edil, ha subido 40% y sólo por especulación. Y no fue un arranque del momento, ya que volvió a solicitar la intervención de los valores por redes sociales.

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Esta no es la primera vez que un alcalde oficialista lo solicita. También lo hizo Germán Codina, de Puente Alto, cuando hace unas semanas pedía a todo pulmón que se decretara cuarentena total en su comuna.

Como el tema resurgió, el equipo de Agenda Económica de CNN Chile consultó a economistas, empresarios, líderes gremiales y ministros de distintos colores políticos algo muy simple: ¿Está a favor o en contra de fijar precios en las actuales circunstancias?

De 23 que respondieron, todos dijeron estar en contra, incluso en las actuales circunstancias. A continuación, sus argumentos:

Eric Parrado, economista jefe departamento investigación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)

Es una idea que suena bien en el papel, pero que es una mala idea en la realidad. ¿Quién no quisiera que los precios no cambien o incluso bajen? El problema con la fijación de precios es que lo más probable no reflejen el verdadero valor de los insumos, el pago al factor trabajo (sueldos de trabajadores) y al factor capital (costo de financiamiento, préstamos). Por lo tanto, lo que ocurriría es que se empiece a crear un mercado negro con precios de mercado mucho más altos y el mercado fijado empiece a desabastecerse y los productos empiecen a bajar su calidad. Esta es la típica política que es popular y populista pero que, en vez de ayudar, perjudica a las personas. Una mejor forma de apoyar es el de subsidios directos a las personas/familias que están con problemas de alimentación”.

Ex ministro de Hacienda ligado a la oposición

“Mala idea. No existe una manera de evitar la escasez fijando precios. La escasez sigue existiendo. La pregunta es cómo se asigna esa escasez. Si uno fija precios, habrá un mercado negro que lo asignará o un burócrata, lo que no garantiza que se distribuya bien esa escasez. En segundo lugar, fijar precios elimina una potencial respuesta de la oferta. Si los precios suben, unos producirán más, otros se reconvertirán o vendrán de otro lugar a dejar cosas. Por último, está el cómo se vigila esa fijación de precios, que es prácticamente imposible”.

Alejandro Micco, ex subsecretario de Hacienda

“En casos como los actuales, bajo situaciones de abusos claros, sí. Pero hoy no veo por dónde se justifica. No he visto alzas de precios por temas especulativos ni de abuso, tampoco veo precios monopólicos por una caída de oferta extraordinaria”.

Ricardo Ariztía, presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA)

“Sería un gran error, ya que la historia nos dice que habiendo fijación de precios, comienza la escasez y aparece el mercado informal. Estas propuestas sólo empobrecen más a los pobres. Deje que el mercado fluya y metan a la cárcel a los especuladores.  Pero hay que meterlos en el día y no dos años después como consecuencia de la calidad de nuestra justicia”.

Andrés Santa Cruz, ex presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC)

“La fijación de precios sólo lleva a la escasez, desabastecimiento y mercado negro. Hay que sancionar a los especuladores, no fijar precios“.

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Otro ex presidente de la CPC

“Mi opinión es que situaciones tan excepcionales como esta requieren ideas excepcionales. Claramente hoy las prioridades son salud y alimentación. Si se intervino para controlar la red de salud, ¿por qué no intervenir para controlar la red de alimentación? Esto me parece que funcionaría mejor que la fijación de precios, por una simple razón. Cuando se intervienen precios se crean mercados negros gigantes que producen escasez en los mercados, con precios fijados y precios aún más caros que previo a la fijación en dichos mercados. Experiencias y ejemplos sobre este terrible fenómeno sobran alrededor de nuestra historia económica y del mundo: el remedio de fijación de precios produce más daño que la enfermedad.

Hermann Von Muhlenbrock, ex presidente de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa)

Las experiencias de fijar precios son nefastas. Se produce inmediatamente escasez y aparece un mercado negro, así el remedio es peor que la enfermedad. Lo que hay que hacer es aumentar la oferta. Si el bien no es de interés de privados, el Estado podría importarlos y venderlo a los canales normales de distribución. Acá las cadenas de supermercados deben demostrar que el mercado y la competencia sí funcionan en favor de la gente, al entregar bienes en la cantidad, lugar y precios justos. Te recuerdo que en Venezuela de Maduro y la Argentina de los Kirchner se fijan precios y la inflación era descomunal. Lo mismo en Chile en tiempos de la Unidad Popular. Teníamos inflación mensual de dos dígitos. El problema es siempre la falta de oferta”.

Ricardo Mewes, ex presidente Cámara Nacional de Comercio (CNC)

“Yo soy partidario de una importante fiscalización muy fuerte de parte de los organismos de control y sanciones muy grandes a los especuladores que solo dañan a nuestra economía. Cuando se fijan los precios, alguien en la cadena pierde, normalmente son los más chicos que tienen que asumir mayores costos. Por ejemplo los de entrega, que no están incorporados al precio de venta. Es una medida muy compleja y que, de aplicarse, debe ser en mercados donde no exista una competencia”.

Juan Pablo Swett, presidente Multigremial de Emprendedores

“Fijar precios es pan para hoy, hambre para mañana. La evidencia siempre lo ha demostrado. Es mejor subsidio a la demanda más subidio a la produccion para incrementar producción y/o importación. Medidas que siempre busquen incrementar la oferta, no fijar el precio”.

Guillermo Tagle, presidente de Credicorp

“Fijar precios de productos básicos es altamente complejo. ¿A qué nivel? ¿Al nivel de los supermercados? ¿Al nivel del minorista almacén de barrio? ¿Un precio para grandes y otro para chicos? Es muy complejo, intervienes la cadena de distribución de productos básicos y le metes una traba más al ya súper complejo sistema de distribución de alimentos, justo en la parte más vulnerable. Hay que llevárselos gratis, porque no tienen cómo pagar. Otro tema es en las tarifas de los servicios de salud necesarios para combatir el virus. Ahí sí creo corresponde fijar precios para que todos los establecimientos de salud atiendan por igual al que solicita atención con sistema Fonasa o al que viene con un seguro privado, o al que paga de su bolsillo”.

Sergio Lehmann, economista jefe de BCI

“No me parece en absoluto. No existe evidencia que se trate de especulación y se corre el riesgo de que baje la oferta, llevando a escasez. Salvo que se trate de servicios públicos con monopolio natural, la teoría y evidencia empírica muestra que las fijaciones de precios siempre terminan con deterioros importantes en el bienestar social“.

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Gonzalo Sanhueza, socio de Econsult

“Estoy en desacuerdo por dos razones. La primera es que ninguna empresa de alimentos está aumentando precios de esa magnitud. Más aún, muchos alimentos son importados, se compran en dólares y las empresas no están traspasando todo ese mayor costo, hay mucha conciencia de la situación. Los especuladores que cobran incrementos de 40% son los menos, porque el IPC de alimentos sólo subió 1% en abril y 3,6% desde diciembre. Estos especuladores se van a ir al mercado negro y no serán afectados. La segunda razón es que un congelamiento de precio tiene el riesgo de escasez, se pierde la fuerza competitiva que da el mercado, es un mercado muy complejo. Si fijas una canasta, la oferta se va a ir a los otros formatos. Por ejemplo, en vez de vender de un litro, vendes formato de 2 litros. Me parece que la entrega de la canasta donde Gobierno negocia directamente, consigue descuento de volumen, es una mejor solución”.

Patricio Rojas, economista

“No soy partidario de fijar precios incluso en la situación actual de pandemia, por cuanto su acción es difícil de controlar, sobre todo en los sectores vulnerables que compran a veces por unidad y no en el formato usual. La fijación de precios llevará posteriormente al racionamiento, ya que fijar el precio a uno que no refleje el valor que le dan los consumidores, llevará a una demanda incorrecta y por ende con posterioridad vendrá la solicitud del racionamiento. En la situación actual, considero de mayor utilidad que el Gobierno genere un alto poder comprador de alimentos y bienes básicos para acceder a importantes descuentos por volumen y logística, y que estos bienes sean comercializados en lugares municipales de comunas de bajos ingresos en cantidades razonables para uso familiar”.

Manuel Bengolea, gerente general de Octogone

“Fijar los precios producirá escasez. Lo hicieron los españoles con las mascarillas hace un mes. Los productores guardarán los productos para el mercado negro que se crea luego de la fijación. Puede parecer duro, pero si queremos tener bienes, no hay que fijar sus precios. La alternativa es un subsidio directo a los más vulnerables”.

Alejandro Fernández, gerente de estudios de Gemines

“Hay algunas razones para justificar alzas de precios: dólar, menor producción por dificultades prácticas asociadas a las cuarentenas, problemas logísticos y, sí, puede haber algo de abuso en algunos casos. Ciertamente, 40% de alza no se justifica, pero tengo la impresión que puede haber otras causas para ello: no realizar licitaciones o no hacerlas bien, corrupción, etc. Dicho lo anterior, creo no hay buenos argumentos para justificar fijaciones de precios que generan sus propios problemas: corrupción, mercado negro y caída de producción. Le sugeriría a esos alcaldes que mejoren sus mecanismos de compra y control”.

Alejandro Alarcón, integrante Comité PIB Tendencial

“Totalmente en contra de la fijación de precios. Era un niño cuando eso pasó en la Unidad Popular y lo único que provocó fue tremendos mercados negros y abusivos. Es la peor manera de evitar el alza de precios. Ese aumento de valores se combate con compras por volúmenes grandes, además de mejorar las cadenas de producción y de reparto. Pero fijar precios, lo único que va a producir es escasez de productos y precios más elevados porque no habrá disponibilidad en el mercado”.

Hermann González, coordinador macroeconómico de Clapes PUC

“La teoría y la experiencia muestran que esto genera escasez y produce un muy mal precedente para el futuro comenzar con este tipo de prácticas, como lo hemos visto siempre en Argentina. Después puede ser el pan, la bencina, el gas, etc. El camino debe ser garantizar que haya competencia, castigo severo a empresas que no compitan o especulen y el Estado comprando grandes volúmenes, pero imponiendo sus condiciones, para que los proveedores compitan por venderle. El riesgo de la aparición de mercados negros, donde sólo los que más tienen pueden comprar, perjudicando precisamente a quienes se quiso beneficiar”.

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