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El proyecto de ley que reduce la jornada laboral de 45 a 40 horas semanales ha complicado la propuesta de adaptabilidad laboral del Gobierno. Este lunes, sin ir más lejos, el subsecretario del Trabajo, Fernando Arab, anunció que el Ejecutivo le pondrá urgencia a su iniciativa.

Lo que puso en alerta al Ministerio del Trabajo fue el primer paso legislativo que ya dio el otro proyecto. Con siete votos a favor y seis abstenciones, este fue aprobado en general en la Comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados el pasado miércoles 24.

Trabajar cinco horas menos a la semana y asegurar el mismo sueldo parece un sueño para algunos trabajadores, pero hay países en Europa donde ya es una realidad. ¿Cuál es la factibilidad de aplicarlo en Chile? ¿Cómo nació la idea? ¿Tiene el apoyo necesario en el Congreso? 

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¿Cómo nació y en qué está el proyecto?

El proyecto de ley que modifica el Código del Trabajo con el objeto de reducir la jornada laboral fue presentado en marzo de 2017 por su autora, la diputada Camila Vallejo (PC), además de la diputada Karol Cariola (PC), los diputados Hugo Gutierrez (PC), Daniel Núñez (PC) y los ex parlamentarios Sergio Aguiló y Lautaro Carmona.

En entrevista con CNN Chile, Vallejo explicó en 2017 que “estamos muchas horas en el trabajo y no estamos produciendo más, entonces estudiamos qué beneficios tenía la reducción de la jornada laboral y vimos que aumenta la calidad de vida, la producción y la salud pública”.

Tras dos años en el Congreso, el proyecto avanzó en su trámite legislativo luego que a mediados de julio de 2019 la presidenta de la Comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados y diputada de Convergencia Social, Gael Yeomans, lo pusiera en tabla.

Tras ser aprobado en la instancia, el texto debe ser ahora aprobado en particular por la comisión de Trabajo, y si eso sucede, se encontrará en condiciones de ser revisado por la Sala de la Cámara.

2005: La primera reducción

La reducción de la jornada laboral no es algo nuevo para Chile. Ya en 2005 los trabajadores pudieron experimentar una disminución de tres horas en sus jornadas semanales al pasar de 48 a 45.

La diputada Vallejo afirmó a CNN Chile que “desde el 2005 a la fecha nuestro país ha sido más productivo. El hecho de trabajar más horas, como se hacía antes, no necesariamente generaba más productividad. Muy por el contrario, la última reducción de la jornada generó mejores condiciones de desarrollo en el país, mejoró calidad de vida”.

Sin embargo, el ministro del Trabajo, Nicolás Monckeberg, argumentó a Emol que “lo que ocurrió la última vez fue que las remuneraciones cayeron” porque el proyecto estaba “mal hecho”.

Experiencia internacional

De acuerdo al ránking de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), el promedio de las horas de trabajo al año es de 1.734. Es decir, más de 30 horas la semana.

El país cuyos ciudadanos más trabajan es México, con 2.148 horas al año. Chile no está muy lejos: promedia 1.941 horas al año por persona.

En el otro extremo se encuentran países como Francia, con 1.520 horas al año, que significa unas 35 horas semanales, lo que corresponde al límite legal de ese país. En el último lugar está Alemania, que promedia 1.363 horas al año.

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En España el debate está mucho más avanzado que en Chile. El partido Podemos anunció en abril que incluirá en su programa electoral la propuesta de fijar la jornada laboral en 34 horas semanales, frente al máximo actual de 40.

En mayo, el alcalde de Recoleta Daniel Jadue (PC) se adelantó a la discusión en el Parlamento chileno y redujo la jornada laboral de los funcionarios municipales de la comuna a 40 horas. El jefe comunal explicó a Radio Universidad de Chile que la medida nació a partir de una solicitud de la diputada Vallejo: “Nos hizo el llamado a hacer los análisis a ver si se podía esto implementar acá incluso antes de que se aprobara la ley, porque además la aprobación de la ley es incierta y hay muchos actores tratando de boicotearlos y de parar este proyecto“.

Respuesta del Gobierno y voces críticas

Desde el Gobierno han sido enfáticos en criticar la factibilidad y los efectos del proyecto. El ministro del Trabajo, Nicolás Monckeberg, sostiene que “no hay ningún país del mundo que haya reducido la jornada como lo plantea el PC, con la rigidez que ellos mantienen”.

Desde el mismo oficialismo, el diputado Guillemo Ramírez (UDI) había planteado a Radio Bío Bío que votaría a favor porque iba en la línea de lo recomendado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre la “importancia de ir rebajando significativamente las horas de trabajo en aquellos países que aún no lo han hecho”. Sin embargo, al momento de la votación en la Comisión de Trabajo, el parlamentario se abstuvo y más adelante argumentó a CNN Chile que en la iniciativa “no hay gradualidad. El proyecto de ley dice que a partir del 1 de enero del 2020 baja de 45 a 40 y con eso mataste a todas las pymes“.

A la discusión se sumó también el ex ministro de Hacienda Rodrigo Valdés, quien planteó a Emol que la reducción equivale a un “aumento del 11% del costo laboral”.

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Desde el Ejecutivo han defendido su propio proyecto que propone flexibilidad laboral (que da la posibilidad de trabajar cuatro días y descansar tres, aumentando las horas diarias). Según dijo Monckeberg a Cooperativa, la iniciativa también reduciría la jornada semanal a 41 horas, “pero acompañada de flexibilidad y adaptabilidad laboral, para que no caiga la productividad del trabajador, para que la productividad sea la forma de trabajar menos”.

Para apoyar su propuesta, el Ministerio del Trabajo presentó un informe de acuerdo al cual los principales países que han iniciado un proceso de reducción de jornada laboral lo han hecho incluyendo flexibilidad y adaptabilidad.

“Analizamos la legislación laboral de los países de la OCDE que presentan altos índices de productividad (PIB per cápita por hora trabajada). Éstos, con jornadas iguales, mayores o menores a la que rige en Chile, tienen en común que todos incorporan en su legislación distintas formas de adaptabilidad de jornada”, indica el reporte.

El mismo también señala que “desde 2005 en adelante (fecha en que entró en vigencia la jornada laboral de 45 horas) se observa una disminución en ambas variables (productividad y horas trabajadas), lo cual atenta contra la eficiencia productiva”.

Al proyecto del Gobierno se plegó la Sofofa, cuyo presidente, Bernardo Larraín Matte, argumentó en 360° que “la calidad de vida está mucho más vinculada con dar espacios de libertad al trabajador para que pueda pactar jornada con su empleador, y no imponiendo una jornada rígida semanal de 40 horas”.

Apoyos en el Congreso

La diputada Karol Cariola (PC) ha defendido el proyecto de las críticas explicando que “nosotros no queremos con esto echar abajo ni las pymes, ni disminuir la productividad de las empresas, ni echar abajo la economía del país, al contrario”.

La parlamentaria comunista fue una de las que votó a favor del proyecto en la Comisión de Trabajo, junto a Gael Yeomans (Convergencia Social), Tucapel Jiménez (PPD), Maite Orsini (RD), Alejandra Sepúlveda (Regionalista Verde), Gastón Saavedra (PS) y Gabriel Silber (DC).

Es justamente la Falange el partido que tiene los votos claves para este proyecto. El diputado Silber ha mostrado la disposición de la DC a debatir el proyecto, destacando que “es una buena iniciativa porque apunta a la calidad de vida de los trabajadores”. Sin embargo, también advirtió su preocupación por el aumento en los costos que podría significar para la contratación.

Otros que han apoyado la iniciativa dentro de la DC son el diputado Raúl Soto y la senadora Carolina Goic, quien planteó en una columna en El Pingüino que “esas cinco horas menos a la semana puede significar más tiempo en familia, practicar algún deporte, reunirse con amigos y, en definitiva, más tiempo para disfrutar de la vida”.

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