Por Daniela Pérez

“Ya han pasado algunos meses desde su muerte, pero todos los días me acuerdo de él o me lo imagino en el patio tomando sol o roncando”. Así habla Maura Rivera sobre Igor, su bulldog inglés que murió en mayo.

En entrevista con CNN Chile, la bailarina reflexiona sobre la partida de quien la acompañó a ella y a su familia durante ocho años: “En algún momento ellos nos dejan, esa es la parte fea de todo este amor canino. Como son parte de la familia, es tal cual se muriera alguien de tu casa, aunque de repente la gente no entiende este amor que uno les tiene”.

Cuando falleció Igor, la bailarina contó en sus redes sociales que lo abrazaron, lo besaron y le agradecieron por dar la pelea: “Hicimos todo lo que estuviera a nuestro alcance, pero no se pudo más. Me quedo tranquila porque se fue lleno de amor”.

La importancia del duelo

El duelo tras la muerte de un animal de compañía “en muchos sentidos es comparable al que se experimenta con un familiar”, señala la revista Perspectives in Psychiatric Care. Asimismo, un estudio de la Universidad de Hawái reveló que el 30% de los cuidadores sienten dolor por esta partida durante seis meses o más.

Es que tanto perros como gatos ya son parte de las familias: pasaron de vivir en el patio a dormir adentro de la casa o incluso en la cama; y cada vez son más los locales en Chile que permiten la entrada de mascotas que acompañan a sus humanos.

La psicóloga clínica experta en duelo, Gabriela Diéguez Gioia, explica a CNN Chile que el duelo es un proceso necesario “cuando se pierde algo que es realmente importante en tu vida. Sin embargo, mucha gente tiende a mirar en menos o a desestimar un poco el duelo por los animalitos”. Las personas pueden tener serias dificultades para llevar a cabo una correcta resolución del duelo, además de otros problemas, “cuando sienten que no se validó su dolor, que son juzgadas o no tienen las redes de apoyo necesarias para vivir este proceso que es normal”.

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Diversos expertos concuerdan en que, al no validarse el dolor tras la muerte de una mascota, el proceso de duelo se resiente y con ello aumenta el riesgo de que los síntomas -como llanto, decaimiento, sensación de soledad y de culpa– se agraven. Los rituales de luto permiten validar la experiencia de la persona que está en duelo, brindando un reconocimiento social y facilitando el ajuste posterior. No hay una regla específica, dice la psicóloga; dependerá de aspectos culturales, personales o religiosos.

Gabriela perdió en noviembre de 2021 a su perrita Princesa, a quien decidió cremar. Actualmente, en su hogar existe un espacio dedicado a recordarla, en el que incluyó, entre otras cosas, un ánfora con sus restos, una fotografía de ella y un llavero donde se puede leer “Princesa Hime, te amamos”.

“Todo eso puede sonar raro porque es algo nuevo, pero te ayuda a elaborar mejor el proceso porque te sientes más cerca del ser que perdiste, y pasa lo mismo con los humanos. (…). Es tener algo, como un objeto simbólico que te siga recordando la existencia de ese ser”, detalla. “El amor traspasa las barreras de la raza y del entendimiento, es un vínculo, es significativa esa existencia para tu vida y esto va más allá de la raza”.

El factor eutanasia

Muchas personas deciden practicar la eutanasia a su mascota cuando esta sufre, ya sea a causa de alguna enfermedad, accidente o por la misma vejez. Maura Rivera confiesa que dudó “hasta el último minuto” cuando tuvo que dejar partir a Igor: “Se me vinieron todos los cuestionamientos, me pregunté si realmente él quería partir o si era la opción correcta”.

Según Marcos Díaz, doctor en Psicología dedicado a la antrozoología, la decisión de practicar la eutanasia puede dificultar o facilitar el duelo. “Los custodios tienden a experimentar reacciones de duelo intensas que incluyen marcados sentimientos de tristeza, culpa e ira. Sin embargo, también se ha visto que algunas circunstancias pueden disminuir estos síntomas, por ejemplo, cuando el animal padece una enfermedad terminal. El impacto favorable se asocia con casos donde los tutores consideran que hicieron lo correcto para que el animal no padeciera innecesariamente, y el negativo con casos donde había incertidumbre y dudas”, explica.

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Los cuidadores o cuidadoras también pueden sufrir un impacto negativo cuando la determinación de la eutanasia “se tomó porque el procedimiento para salvarle la vida tenía un costo económico inaccesible“,  cuando “no fue unánime en la familia” o si se vivieron experiencias negativas con el equipo veterinario.

Un nuevo concepto de familia

Hace algunos años apareció en las redes sociales, medios de comunicación y estudios, una nueva noción de familia: la de familia multiespecie, una que se basa en la relación humano-animal.

Poco a poco la ley ha ido adaptándose a estos cambios y en muchos países los animales no humanos ya no son considerados cosas, sino que seres sintientes y, por lo tanto, sujetos de derechos. Esto incluye la tendencia judicial actual de dejar de lado la mirada binaria de sujeto/objeto y, en su lugar, ampliar ciertos derechos en beneficio de los animales no humanos o de las familias multiespecie.

En Chile, en julio, el Octavo Juzgado Civil de Santiago acogió una demanda para establecer la tenencia compartida de dos perros pertenecientes a una ex pareja de novios. La determinación del tribunal marcó un precedente en la historia de la justicia nacional, ya que fue la primera vez que dos mascotas fueron consideradas “seres que sienten” y no “cosas”.

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En el fallo, el tribunal señaló que “la relación entre seres humanos y animales de compañía es similar a una relación padre e hijo. El responsable del animal de compañía considera a sus animales miembros de la familia, casi como hijos o mejores amigos, en vez de considerarlos como propiedad personal, y describe el rol del animal en la familia como ‘muy importante‘”.

El doctor Marcos Díaz valora positivamente la decisión de la corte. “Esta clase de medidas dan legalidad al modo de sentir y vivir de la mayor parte de la población, ya que no reconoce el derecho de posesión, sino la existencia de un vínculo y el respeto hacia el mismo”, sostiene el especialista, quien también cree que es “sumamente positivo” y que se dará “cada vez más”.

“Requiere de la participación de profesionales de la salud y conducta animal para orientar las resoluciones legales concretas (…). Pero, más allá del impacto en los casos donde se implemente, el reconocimiento legal de estos vínculos repercutirá en el contexto en que surgen y se desarrollan las incorporaciones de animales a las familias, reforzando la noción de adopción en contraposición a la de adquisición“, agrega.

Validando el dolor

En el mes de julio, un grupo de senadores y senadoras presentó un proyecto de ley que busca modificar el Código del Trabajo para establecer un permiso laboral en caso de muerte de una mascota o animal de compañía. “El dolor, tristeza y ansiedad causada (…) puede ser muy grande, de modo que se deben brindar facilidades para reponerse de esa tragedia”, señala la moción.

Uno de los patrocinadores de esta iniciativa es el senador Karim Bianchi (independiente), quien señaló a CNN Chile que el proyecto “nace de muchas personas que nos hicieron ver una situación que es dolorosa, pero que no está establecida en ninguna normativa (…). Lo que queremos es poder establecer un día para que la familia tenga un duelo de ese ser que integra el hogar”.

La iniciativa se respalda en un estudio publicado por el Programa Mascota Protegida de la Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo (Subdere) a inicios de este año. En el sondeo, los investigadores detectaron que un 92,1% de las personas consultadas consideraban a las mascotas “como un miembro de la familia y motivo de felicidad para ella”.

Bianchi destaca que “existe un desconocimiento todavía y a veces un prejuicio, pero para eso estamos nosotros, para poder cambiar (…) quizás a quienes todavía estén en la duda de si esto es o no relevante. Yo tengo la certeza de que para muchas familias los animales de compañía o mascotas son parte del núcleo familiar, así que para eso estamos, para poder pelearla”.

Otra patrocinadora es la senadora Paulina Nuñez (RN). “La labor nuestra como legisladores es poder actualizar y modernizar las leyes según los cambios que tenga la sociedad y hoy, sin duda, las mascotas son parte del hogar y la familia y, por lo tanto, el duelo que una persona tenga que llevar a cabo después de que fallece su mascota requiere de este permiso”, dice.

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Para Maura Rivera, esta iniciativa es un ejemplo de que “estamos evolucionando”. “Hay un cambio de chip en la sociedad respecto a los animales que son seres sintientes. Llevándolo a mi caso, el día posterior a la muerte de Igor fue super triste. Yo tuve la dicha de estar en mi casa, con mi familia, pero hay gente que tiene que levantarse a trabajar con esa pena y dolor”.

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