El periodo estival se posiciona como la época más propicia para intervenciones electivas como el descenso testicular o la corrección de hernias inguinales. La ausencia de presión escolar y la disminución del riesgo de virus respiratorios son factores clave que facilitan la recuperación de los pacientes pediátricos.
Aunque las cirugías electivas en niños pueden realizarse en cualquier momento, el período de vacaciones de verano se presenta como la época más ventajosa para programar intervenciones como la corrección de hernias inguinales, circuncisión o el descenso testicular. Esta recomendación se basa en la optimización de las condiciones de recuperación para el paciente pediátrico y su familia.
El doctor de la Clínica Indisa Raúl Ramírez, cirujano y urólogo pediátrico, destaca que el verano ofrece un entorno ideal: “Sin las presiones académicas habituales, los niños pueden enfocarse exclusivamente en recuperarse, lo que reduce el estrés y favorece una cicatrización más rápida y efectiva“.
Ventajas Clave de Operar Durante el Período Estival
Programar una cirugía pediátrica durante el período estival ofrece beneficios que impactan directamente en el bienestar del niño:
- Recuperación sin Estrés Escolar: El niño no pierde contenidos académicos importantes ni tiene que preocuparse por ponerse al día con tareas, permitiendo una dedicación exclusiva a su recuperación.
- Factores Ambientales: El clima cálido facilita la movilidad y, crucialmente, disminuye el riesgo de contraer enfermedades respiratorias típicas del invierno.
- Tiempo para Controles: Al intervenir al inicio del verano, las familias disponen de tiempo suficiente para realizar todos los controles posoperatorios y asegurar que el niño regrese a clases completamente recuperado.
Intervenciones Pediátricas Frecuentes
Entre las cirugías más comunes que se recomienda programar en este periodo se encuentran:
Hernias Inguinales: Urgencia en el Diagnóstico:
Esta es una de las causas más frecuentes de cirugía en niños y se manifiesta como una “masa” palpable en la zona inguinal. El Dr. Ramírez subraya que “las hernias inguinales deben operarse al momento de realizar el diagnóstico, no importa si es un recién nacido o un adolescente, ya que se pueden complicar con el paso del tiempo”. Son más comunes en hombres prematuros y pueden ser asintomáticas, aunque síntomas como fuerte dolor abdominal, vómitos o un volumen inguinal no reductible indican una complicación grave.
Descenso Testicular (Criptoquidia):
Es la cirugía para ubicar y fijar en el escroto un testículo no descendido. Está indicada si uno o ambos testículos no están en el escroto después de los primeros seis meses de vida. El especialista advierte que “es fundamental realizarla preferentemente antes del año para prevenir problemas de fertilidad futura”, reducir el riesgo de torsión testicular y facilitar la detección temprana de tumores. La recuperación toma aproximadamente dos semanas.
Circuncisión:
Procedimiento que implica la extirpación parcial o total del prepucio. Está indicada en casos de fimosis (dificultad para retraer el prepucio después de los 3-4 años), inflamación recurrente o infecciones urinarias a repetición. La recuperación requiere de siete a diez días, con la restricción de no bañarse en el mar o en la piscina por cerca de tres semanas.
Una patología que requiere atención inmediata, sin esperar el periodo estival, es la Apendicitis Aguda, la inflamación del apéndice, más frecuente entre los 9 y los 12 años. La clave es el diagnóstico precoz para evitar la perforación y la peritonitis.
Para garantizar una experiencia positiva, el doctor Ramírez aconseja a los padres explicar el procedimiento con un lenguaje adecuado a la edad del niño, organizar un calendario de medicamentos y adquirir con anticipación los insumos necesarios para el posoperatorio.