El retorno a la presencialidad trajo consigo diversos desafíos para los recintos educacionales. Durante estos meses, han sido miles los docentes que han sufrido las consecuencias de dos años de clases a distancia.
El principal daño ha sido a la salud mental y hoy la realidad docente a está marcada por el ausentismo, las renuncias y las licencias médicas. “El bienestar de los profesores es el punto de partida para asegurar una buena educación”, aseguró Ana María Arón, profesora titular de la Escuela de Psicología de la Universidad Católica (UC).
Lee también: Jennifer Heisz y la importancia de ejercitarse: “La inactividad física contribuye al riesgo de demencia”
En entrevista con Sana Mente de CNN Chile, la experta sostuvo que “todos lo pasamos mal durante la pandemia, pero los profesores mucho peor. Tuvieron que enfrentar los desafíos de cambiarse de sistema educacional, de empezar a trabajar con un medio que no conocían, sin ninguna preparación y con poco reconocimiento por parte del público”.
“Imagínate lo que significa mantener la atención de un grupo de 30 o 40 niños y niñas, pensemos lo que es tener en la casa dos o tres adolescentes, eso nos lleva, de verdad, a niveles de estrés parecidos a la locura. Tener 40 en una clase, pero no en una sala de clases, sino que en una pantalla. El desafío fue enorme”, agregó.
Referencial Pixabay
Respecto a cómo abordar el problema, la también directora del Centro de Buen Trato UC afirmó que hay distintas maneras: “Una es la personal, es decir, qué puede hacer cada uno por sí mismo, otra es qué puede hacer la institución y el último es un cambio más cultural, en el sistema de educación”.
En esta línea, Arón recalcó la importancia de que en el contexto escolar se inserte el discurso de que “el bienestar de los profesores es importante, que cuando los profesores se enferman no es porque son flojos y quieren pedir licencia, sino que porque algo no está funcionando. Se les debe dar espacio para conversar de lo que está pasando”.
“Una de las fuentes de desgaste más importante en los profesores, es que no tienen herramientas para enfrentar los problemas típicos de salas de clases y las crisis. Cuando una situación te desequilibra el contexto, es súper relevante tener protocolos para saber qué hacer. Cuando hay una crisis hay que parar y dar espacio para conversar”, añadió.
Finalmente, la experta señaló que se le deben dar herramientas a los docentes, pero “no puede quedar todo en manos de ellos“. “Si tú estás en malas condiciones de contratación, si tienes una sobrecarga de trabajo, si no hay reconocimiento de lo que estás haciendo, es muy difícil activar el sistema de calma”.
Deja tu comentario