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El próximo 25 de octubre la ciudadanía acudirá a las urnas para decidir si es que está de acuerdo o no con la elaboración de una nueva Constitución que se convertiría en la sucesora de la escrita en 1980 bajo la dictadura de Augusto Pinochet.

El ex ministro de Hacienda y del Interior Carlos Cáceres fue uno de los protagonistas en el proceso de elaboración de la actual Carta Magna y relató los detalles de su ratificación a través de un plebiscito ese mismo año y la planificación de uno posterior, en 1989, para aplicar las primeras reformas.

Principios de la Constitución

En conversación con CNN Chile y CHV Noticias, el ex secretario de Estado explicó que su primer cargo en el régimen militar fue como integrante del Consejo del Estado, que “se formó el año 1976 y fue la respuesta a la primera inquietud que tuvo el gobierno militar respecto a crear una nueva institucionalidad“.

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En ese sentido, indicó que la institución estudió durante un año y medio la creación de una nueva carta fundamental, lo que quedó plasmado en un documento en el que “se plantea, primero que nada, que el Estado está al servicio de la persona y no al revés“.

“En segundo lugar, que la finalidad del Estado es la búsqueda del bien común; la tercera, de que el principio de subsidiariedad debe ilustrar el comportamiento de la sociedad, y por último, que compatible con la subsidiariedad del Estado, el libre mercado -la libre economía- es el que debe imperar en el orden económico“, continuó.

Rol de la Constitución del ’80 en los siguientes 40 años

El ex ministro indicó, sobre el rol que ha tenido la carta fundamental tras su promulgación, que “tengo la convicción de que una Constitución debe ilustrar los valores que tiene la sociedad y la Constitución política del año 1980 está ilustrada en cada uno de sus capítulos por el valor moral de la libertad, lo que se pretende es que Chile se convierta en una sociedad de libertades“.

“Si uno lee todo el texto constitucional aparece una coherencia extremadamente significativa, extremadamente importante en que toda la dimensión del ser humano que está vinculada con la idea de libertad queda ilustrada en el texto constitucional“, aseveró.

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Legitimidad del plebiscito de 1980

Yo no hablaría de fraude, pero sí estoy muy consciente de que no había registros electorales y eso, sin lugar a dudas, daba la posibilidad de que gente votara una, dos o tres veces porque no había que firmar. En el momento en que uno depositaba el voto, podía darse la posibilidad que ese voto fuese emitido en varias oportunidades”, dijo.

En la misma línea, señaló que lo anterior “fue también una de las razones que convencieron al presidente Pinochet, para efectos de apoyar la reforma del año 1989, someterla a un nuevo plebiscito ahora con registros electorales“.

“Eso a mi juicio le dio la debida legitimidad al orden institucional que prevalece desde el año 1980 sujeto a las modificaciones del ’89, del 2005 del presidente Lagos y varias modificaciones que se han hecho a lo largo de los años. Pero el tema de la legitimidad fue, a mi juicio, alcanzado en ese plebiscito del julio, de julio del año 1989″, afirmó.

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Cómo se gestionó la primera reforma

Debido a lo anterior, Cáceres relató que fue él quien convenció al entones gobernante de realizar la primera reforma a la carta fundamental.

“Fui a conversar con el presidente Pinochet y planteé las razones por las cuales me parecía conveniente para el país realizar estas reformas. El presidente, por supuesto que preguntas van, preguntas vienen, al final me dijo ‘ministro, me ha convencido de que es conveniente hacer esto’, pero me colocó dos condiciones”, dijo.

“La primera condición es que esto sea un perfeccionamiento constitucional, que no sea una ruptura de la Constitución. Y la segunda, que esto sea logrado por consenso. Usted vea las posibilidades de lograr un consenso ciudadano de manera que cuando esto sea sometido a plebiscito logre una votación, ojalá, lo más elevada posible”, añadió.

“Cuando iba saliendo de la reunión, me dice ‘ministro, un solo punto adicional tiene’. Me dice ‘tiene este espacio para hacer las reformas’ (gesto con la mano). Le dije ‘presidente, yo le doy las gracias porque, en la medida que yo vea luz que atraviesa su dedo, eso me da a mí una capacidad de maniobra para iniciar el proceso de negociación‘. Esa fue la primera conversación de este tema con el presidente Pinochet”, cerró.

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