Por Paula Aguilera
Foto: Pixabay

Esta semana, el proyecto que busca prohibir el testeo en animales para la industria cosmética en Chile dio su primer paso en el Congreso al ser aprobado en general en la Comisión de Salud de la Cámara de Diputadas y Diputados.

Se trata de una iniciativa impulsada por organizaciones que trabajan por la defensa de los derechos de los animales, entre ellas, ONG Te Protejo y No Más Vivisección. 

En conversación con CNN Chile, Camila Cortínez, directora general y fundadora de ONG Te Protejo, valoró el avance de la propuesta, que ahora deberá continuar con su tramitación en el Congreso, y explicó que se trata del resultado de un trabajo de más de nueve años. 

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¿En qué consiste?

La diseñadora detalló que con el proyecto “lo que proponemos es prohibir el testeo en animales en productos determinados y en ingredientes para los productos que se fabrican y venden en Chile y para aquellos productos que son importados”.

También presentar documentación de testeo en animales para poder ser aprobados por el ISP. Si es que una marca testea en China, por ejemplo, no podría presentar esa documentación para ingresar y aprobar su producto para que se venda acá en Chile, pero sí podría ingresarlo para vender en China e ingresar otra documentación para vender en Chile”, detalló.

Actualmente, más de 40 países tienen regulaciones en torno a este tema, entre ellos Inglaterra, la Unión Europea, Israel, India, Noruega, Australia, Colombia, Guatemela, Nueva Zelandia, Corea del Sur, Taiwán, Turquía, 10 estados de Brasil y cuatro de Estados Unidos.

En algunos casos, la prohibición aplica solo a nivel nacional, pero permite importar productos testeados en animales en el extranjero. Por eso, Cortínez apunta a que “la gracia de esto es que todos los países vayan prohibiendo para que se convierta en una práctica generalizada y que no sea algo puntual para que simplemente lo hagan en otro lado”.

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¿Cómo surgió?

La ONG Te Protejo nació en 2012 y desde entonces sus áreas de trabajo han incluido educación (a través de difusión de información, como el listado de los productos cruelty free que se comercializan en Chile), certificación de marcas, realización de ferias para la venta y políticas públicas.

Como parte de esta última es que en 2016 redactaron un primer proyecto junto con No Más Vivisección, el que fue presentado a la Bancada Transversal de Parlamentarias y Parlamentarios por la Dignidad Animal (Parda). Luego de sumarse a la campaña Be Cruelty Free Chile junto a la organización Humane Society International, se redactó un nuevo texto a fines de 2020.

“Era mucho más robusto y se alinea con el proyecto de ley de Estados Unidos, México y Brasil, entonces ya se hizo un trabajo mancomunado entre las Cámaras de Cosmética de EE.UU. y de ahí bajando con todas las marcas gigantes que están en Chile también”, relata Cortínez.


Instagram @teprotejo

Testeo en animales: El escenario en Chile

Se estima que cada año cerca de 500 mil animales a nivel mundial son sometidos a pruebas de testeo para la industria cosmética, principalmente conejos, cobayas o ratones. Estos estudios tienen dos objetivos principales: evaluar la toxicidad y la sensibilidad cutánea de los productos en humanos.

Para el primer fin, explica Cortínez, una de las pruebas más usadas es la Dosis Letal 50 (DL50), que consiste en que “los animales ingieran, inhalen o de alguna forma absorban un ingrediente o producto determinado por una cantidad de tiempo y, una vez que la mitad fallece por efecto de intoxicación, evalúan por qué murieron y cuáles son las secuelas que tienen los animales que quedaron vivos”.

“Esto no usa ningún tipo de analgésico porque eso podría interferir el resultado de las pruebas, pero igual los animales están en un contexto de estrés y de encierro, que aún así hacen que los resultados no sean los que tendrían en una normalidad, entonces son muy poco certeros a la hora de predecir la toxicidad en un ser humano en contextos totalmente distintos, porque uno no va a tomarse una crema entera de cuerpo“, afirma.

Para la sensibilidad dérmica, uno de los más usados es el Test de Raize: “ahí es la típica imagen del conejo con uno de los ojos muy dañado. Lo que hacen es que le echan una cierta cantidad de ingrediente por una cantidad de tiempo y luego revisan el daño que tuvo un ojo analizando el otro como control”, relata.

Luego de participar de dichas pruebas, los animales usualmente son sacrificados ya que “una vez que tienes un conejo que tiene un ojo totalmente destruido, ya no te sirve, porque son objetos desechables para un siguiente análisis particular, dado que es necesario que no tengan nada posible que pudiera generar que la prueba no sea válida”.

“Si les quedaron insumos en el cuerpo, si tienen dañados ciertos tejidos, ya no te sirve ese animal, entonces todos son sacrificados”, complementa.

En el caso de Chile, Cortínez asevera que “en términos de cifras no sabemos cuántos animales se usan para cosmética, porque hay universidades que tienen bioterios, ellos hacen experimentación con animales para varias áreas y a veces tienen encargos de marcas cosméticas o de laboratorios o empresas para que puedan analizar ciertos ingredientes. En Chile no se testea el producto final, pero sí se testean ingredientes, pero eso no es información pública ya que es un trato directo entre privados”.

El Instituto de Salud Pública (ISP) también tiene un bioterio, vende animales para experimentación y hemos pedido saber quiénes compran esos animales, pero tampoco lo ha querido decir. Por eso, en la medida que no esté prohibido, va a ser siempre una opción”, añade.

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Campaña de Humane Society International para prohibir las pruebas cosméticas en animales.

Alternativas y mejor efectividad

Cortínez explica que “el testeo en animales se llama in vitro, entonces los testeos in vitro son en laboratorios y pueden ser de dos tipos: con tejidos celulares de animales que vienen de la industria de la carne a nivel celular o de tejidos celulares que fueron cultivados en laboratorios”. 

En el caso del primero, detalla “por ejemplo, uso córneas de vaca para el testeo de dosis oculares o tejidos de la piel de cerdo de la industria de la carne para dérmico. Ambos se pueden usar, ambos son in vitro, ambos son alternativas”, dijo.

De todas formas, sostiene que se inclina por la segunda: “la mejor siempre es con células epiteliales humanas, obviamente, porque ahí se ve de inmediato cómo el producto está afectando a las células directamente y también se hacen proyecciones matemáticas con Inteligencia Artificial, usan data de cómo funcionan los órganos en computador y lo predicen muy bien”.

Además, sostiene que estas alternativas tienen mejor efectividad ya que “los testeos en animales se hacen en condiciones que no son proyectables realmente a lo que pasa con un ser humano, no considera las dosis que nosotros usamos, la secuencia, los estados normales, cuando despertamos no estamos en situación de estrés. Las proyecciones son entre un 40% a 60% de efectividad. Para eso lanzamos una moneda al aire y vemos si es tóxico o no”.

En contraste, las que no implican animales “no son una buena razón para cambiar solo por temas éticos, sino que además por temas de efectividad, que aumentan hasta entre el 90 y 99%”. 

La postura de la industria

La Cámara de la Industria Cosmética de Chile no quedó ajena al avance del proyecto y, a través de un comunicado, manifestaron estar a favor de la idea de legislar. El gremio aseguró estar trabajando para “apoyar las modificaciones legislativas pertinentes”, especialmente a través de instancias técnicas colaborativas.

Álvaro Márquez, presidente ejecutivo de la organización, afirmó que “hoy ninguna de las empresas asociadas de la Cámara Cosmética experimenta en animales y, como gremio, hemos manifestado nuestro acuerdo con que se legisle al respecto, reconociendo las particularidades de nuestra industria”.

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Márquez sostuvo que en Chile no existe una exigencia legal o reglamentaria que obligue a las empresas a estar certificadas como “cruelty free”. “Como asociación gremial, no nos corresponde fiscalizar ni certificar el cumplimiento de las obligaciones reglamentarias o certificaciones antes indicadas”, dijo.

Actualmente, la Cámara de la Industria Cosmética de Chile reúne a 35 empresas que representan, aproximadamente, el 70% del mercado total. Si bien algunas de las compañías adscritas fabrican sus productos en Chile, este sector es mayoritariamente importador.

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