Por Alicia Ruz

“Soy abogada, mujer, mamá, esposa, rancagüina, feminista de la diversidad sexual y diputada”.

Con esas palabras se define Marcela Riquelme Aliaga (49), la primera diputada abiertamente lesbiana de Chile.

Independiente con cupo de Convergencia Social (CS) y ex militante de las juventudes de la Democracia Cristiana (DC), Riquelme se hizo conocida en 2014 por dos episodios claves, uno que involucra directamente a su familia y otro que expone el acoso, hostigamiento y dolor que aún vive la comunidad LGBTQIA+.

“Nuestro hijo mayor dio la PSU y sacó puntaje nacional. En una pequeña entrevista, él dijo: ‘Le doy las gracias a mis dos mamás’. ‘¿Cómo dos mamás?’, le preguntaron. Y él respondió: ‘Sí, es que yo tengo dos mamás, ellas me han criado, son pareja’. Eso le interesó mucho a los medios y sin quererlo salimos a la luz pública”, comenta a CNN Chile.

En aquel entonces, la Revista Paula tituló una entrevista a Riquelme y su entorno como La familia atípica de un puntaje nacional.

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—¿Podríamos hablar hoy de familias atípicas?
Fue una entrevista muy linda, la recuerdo, pero hoy no podemos hablar de una familia atípica. Nos hemos abierto a muchas más posibilidades de familia desde el momento en que hubo una lucha social muy grande para que se aceptara que familia también era una mamá sola, un papá solo, una abuela sola. Hubo una lucha muy grande para que se abra la posibilidad de que haya dos papás o dos mamás y es fantástico, ya no es atípico. Somos una minoría, puede ser, pero ya no es atípico. Pero en ese tiempo sí lo era: había una discusión muy grande en torno a qué le podía pasar a los hijos que caían en manos de un matrimonio o de una pareja homosexual. Nosotras, en ese momento, rompimos ese paradigma.

Ese mismo año, Marcela fue designada seremi de Justicia en la Región de O’Higgins y sólo estuvo en el cargo 24 horas: dimitió por un sumario en curso (en la Defensoría Laboral de Rancagua) tras presentar licencia por estrés laboral al ser víctima de hostigamiento y burlas homofóbicas.

—¿Cómo se siente al recordar el momento?
—Hasta hace un tiempo era algo muy doloroso, hoy entiendo que es parte de un proceso de crecimiento, de conocer el lado negativo y doloroso de la política y el daño que pueden hacer cuando no te aceptan con tu familia. Te están disminuyendo en tus capacidades, te hacen dejar de creer en ti y en el fondo sigues haciendo caso y una dice ¿por qué?, ¿por qué no los mandé a la punta del cerro en ese momento?, ¿por qué no renuncié en ese minuto? Y claro, una tiene tan poco poder cuando te afectan tu honra, te sientes tan basureada que no eres capaz ni siquiera de defenderte.

—¿Le haría algún llamado a las personas por las que fue hostigada?
—Los llamaría a no dañar a otras personas, son muy crueles los comentarios homofóbicos. Tenía un colega que le decía a otros: ‘oye, el día en que yo sea homosexual, por favor dame un tiro’. El organismo era la Defensoría Laboral, donde se defienden los derechos vulnerados de los trabajadores. Yo llamaría a la gente a ser más cautelosa, una cosa son las bromas, pero a veces tienes que pensar que le puedes causar daño a alguien y, en este caso, con una familia detrás, tienes que ser más cuidadoso en aquello que haces. Yo creo que llamaría siempre a la prudencia y a reflexionar antes de hablar.

La política heteronormada del Congreso Nacional

El 11 de marzo de este año, Marcela asumió como diputada, convirtiéndose así en la primera parlamentaria abiertamente lesbiana. El desafío no ha sido fácil: ha enfrentado distintos comentarios y situaciones en el pleno.

“Es duro, los republicanos son mucho más complicados, asumen como una ideología el no permitir que la ‘dictadura gay‘ entre en ningún espacio, incluso el feminismo ellos lo califican como una ideología. Dicen que la equidad de género, la dictadura gay, somos parte de una ideología marxista que ha venido a tomarse el Congreso. Esas son sus palabras, entonces es difícil conversar con alguien así”, relata Riquelme.

En esa línea, recuerda que “han hecho tema cosas tan simples como que a la vicepresidenta, Claudia Mix, le dicen vicepresidente y se resisten a decir vicepresidenta, porque no está en el diccionario de la Real Academia Española (RAE)”.

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El pasado 31 de mayo, la diputada denunció públicamente a los parlamentarios Andrés Celis (RN) y Álvaro Cárter (UDI) por burlarse del lenguaje inclusivo, que supone respetar los pronombres de cada persona, y el uso de la E para las personas no binarias y la A para las mujeres. 

—¿Qué le diría a los parlamentarios y las parlamentarias que no están de acuerdo con la autodefinición de pronombres de las personas?
Le dije al diputado Celis, apropósito de las, los, les, que sí, puede que no esté en la RAE, pero es algo que identifica un reconocimiento de muchas personas que han luchado por años para ser visibles en la sociedad, las personas no binarias. Es por una cuestión de respeto. Y él me respondía: ‘es que eso no está en el diccionario de la RAE’. No venimos a hacer clases de lingüística, ni tampoco a utilizar una pantalla para burlarse o ironizar respecto a las personas.

El 1 de junio, el diputado Cristóbal Urruticoechea (Republicano) relacionó la homosexualidad con la pedofilia y solicitó que “se evalúe el ingreso de aquellas personas que no son diputados ni tienen alguna relación laboral con el Congreso y que quieren permitir este tipo de monstruosidades en nuestro país”.

Al respecto, Riquelme señala: “Me siento vulnerada. Está ofendiendo a un grupo de personas que somos diputadas/os, parte de los equipos de trabajo y a las y los mismos ciudadanos. Les pediría que gobernáramos y legisláramos para todo el país. Puede que a ti no te guste el divorcio, pero tenemos que reconocer que existe, que las parejas pueden terminar su relación e iniciar una nueva. Podemos estar o no estar de acuerdo con el aborto, en lo personal estoy de acuerdo, pero alguien puede no estar de acuerdo y aun así es una realidad y nuestra tarea es legislar para todas, todos y todes, no sólo para los que piensan como yo, sino para toda la ciudadanía”.

Asimismo, recalca que “aquí no estamos haciendo una fábrica de familias gay. Esto es lo que hay en Chile y es deber del Estado y del legislador reconocer y proteger lo que hay. Tenemos que dictar leyes que puedan proteger los derechos y avanzar en el sentido de integrar a todas las personas“.

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Marcela reflexiona sobre el espacio que tuvieron las diversidades y disidencias en la Convención Constitucional: “Estoy muy conforme con el reconocimiento que ha tenido el texto constitucional, me siento muy contenta de que constituyentes de la diversidad sexual lucharan por nuestros derechos. Hicieron una gran labor y me siento muy feliz y muy representada por ellos. Es la primera vez en que en el texto de la Constitución dice disidencias y diversidades sexuales. Sólo leer eso es decir ‘existimos’. Es primera vez que existimos en un texto constitucional”.

Marcela Riquelme es bombera de la 8va Compañía de Rancagua.

—¿Cuáles son los principales desafíos que enfrentan las disidencias y diversidades en los espacios de poder?
—Tenemos que ocupar más espacios. Como diversidades y disidencias sexuales debemos ocupar los espacios porque nuestra voz tiene que ser escuchada. Nuestra mirada de la vida y de la sociedad es distinta. Somos un aporte a la sociedad y lo que necesitamos son los espacios para poder hacer ese aporte. Además, ayudamos a la tolerancia de un país, somos semillas para esa tolerancia, le enseñamos a nuestros hijos a tener menos discriminación y somos una voz muy importante en nuestra sociedad y tenemos un aporte que hacer.

—¿Qué mensaje le daría a las niñas que se interesan en áreas donde no hay muchas diversidades y disidencias abiertamente visibles?
A los niños, niñas y niñes: que se atrevan. A los adolescentes: que luchen por aquello en lo que creen y por lo que sienten, porque vamos a estar para proteger sus derechos. Antes no había nadie, hoy hay un presidente que se identifica con nosotros y tenemos un Congreso con diputadas y diputados que se identifican con nuestra causa. Este es nuestro momento, si no es ahora, ¿cuándo? Es la oportunidad para que nunca más seamos vulnerados por nada ni por nadie.

Marcela Miranda y Marcela Riquelme.

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