(CNN) – Este viernes entró en vigor la obligación de que todos los trabajadores de Italia muestren un “pase verde” de COVID-19 expedido por el gobierno, lo que ha provocado protestas y temores de interrupción en la producción.

Todo aquel que esté en nómina -en el sector público o privado- debe tener un “pase verde” con un código QR para certificar que esté totalmente vacunado, que se ha recuperado recientemente de la infección o que ha dado negativo en un test en las 48 horas anteriores.

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Los empleados que vayan a trabajar sin el pase se arriesgan a una multa de hasta 1.500 euros (US$ 1.730) y a una suspensión sin sueldo. Los empleadores también podrían enfrentarse a multas si permiten que el personal trabaje sin el “pase verde”.

Este viernes por la tarde se hará una protesta contra la exigencia del “pase verde” en el Circo Máximo de Roma. También está en marcha una huelga en el puerto de Trieste, en el norte del país.

Más del 81% vacunado

Las estadísticas del gobierno italiano dicen que el 81% de la población elegible ha sido vacunada en su totalidad y más del 85% ha recibido la primera dosis. Italia también ha iniciado la vacunación de refuerzo para las personas con inmunidad comprometida y mayores de 80 años.

Desde el 1 de septiembre se exige el certificado en los trenes de larga distancia y en los locales cerrados, como restaurantes, museos y gimnasios.

Crédito: Alessandro Bremec/NurPhoto/AP

“El ‘pase verde’ es algo malo, es una discriminación según la ley. Nada más. No es una regulación sanitaria, es sólo una maniobra política para crear división entre la gente“, afirmó Fabio Bocin, un trabajador portuario de 59 años en Trieste.

En Roma, la policía con equipo antidisturbios se mantuvo al frente de una pequeña concentración con gente que gritaba “No al ‘pase verde'”. El gabinete del primer ministro Mario Draghi aprobó la norma a mediados de septiembre.

Rechazo a la vacunación

Alrededor del 15% de los trabajadores del sector privado y el 8% del público no tienen “pase verde”, según un documento interno del gobierno de Italia visto por Reuters.

El gobierno esperaba que la medida convenciera a los italianos no vacunados para que cambiaran de opinión, pero como más del 80% de los residentes mayores de 12 años ya están totalmente vacunados y las tasas de infección son bajas, ese aumento no se ha materializado.

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Los partidos de derecha Liga y Hermanos de Italia y algunos sindicatos dicen que, para hacer frente al riesgo de escasez de personal, la validez de las pruebas COVID-19 debería ampliarse de 48 a 72 horas, y ser gratuitas para los trabajadores no vacunados.

Pero el gobierno se ha resistido hasta ahora a esas peticiones. El Partido Democrático, de centro-izquierda, que forma parte de la coalición gobernante de Draghi, dice que hacer que los hisopados sean gratuitos equivaldría a una amnistía para los evasores de impuestos.

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