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Un informe elaborado por el Comité de Infraestructura y Transporte de la Cámara Baja de Estados Unidos estableció que los fatales accidentes de dos aviones Boeing 737 Max “se pudieron prevenir”.

De acuerdo a la investigación realizada por el Congreso estadounidense, en la compañía había una “cultura de encubrimiento” que se evidenciaba en la falta de voluntad del fabricante de atender los detalles técnicos.

Los dos accidentes, ocurridos a fines de 2018 y comienzos de 2019 en Asia y África, dejaron 346 muertos.

Según detalló el analista internacional Raúl Sohr en Última Mirada de CNN Chile, la “falla de diseño venía por la competencia que tenía Boeing con Airbus, el conglomerado europeo, en que los europeos estaban ganando terreno y Boeing se apuró todo lo que pudo para sacar este avión rival, que es el 787”.

Se trataba de un modelo refaccionado hecho sobre la base de un modelo antiguo: “en la medida que lo fueron desarrollando, se dieron cuanta que el balance del vuelo no era el ideal, y para poder corregir eso generaron un software, una ayuda computacional que equilibraba el avión, pero el problema es que con ese sistema de equilibrio de pronto el avión bajaba la nariz y se podía ir directamente al suelo”, explicó el analista.

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El mecanismo para corregir la falla debía ser aplicado en los primeros 10 segundos en que el avión comenzaba a descender, lo que quedó definido en los instructivos. Para Sohr, “uno de los hechos más graves de estos incidentes es que Boeing mira para el lado y trata de eludir sus responsabilidades, e inicialmente pide una investigación e insinúa, como muchas veces ocurre, que aquí hay responsabilidades de los pilotos porque los instructivos daban cuenta de cuál era el procedimiento a seguir”.

El Congreso estadounidense acusó a la firma de negligencia y señaló la necesaria independencia que requieren los organismos fiscalizadores. De acuerdo al analista, “la FAA (Administración Federal de Aviación), que es la agencia del Estado norteamericano que regula y autoriza el vuelo de los aviones y que da el visto bueno de que el avión es seguro, tenía una relación muy estrecha con Boeing”.

Uno de los impactos que tuvo el doble accidente fue la “desconfianza hacia la aeronáutica en general”. Sin embargo, Sohr destacó que “uno de los principios fundamentales, absolutos, mucho más importante de las ganancias o de los éxitos comerciales, es la seguridad, esa es la palabra clave de la aeronáutica, y eso es lo que la gente busca por encima de todo”.

“Ojalá que esta tragedia sirva para restaurar los altos niveles de seguridad que todos esperamos”, concluyó.

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