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En conversación con Noticias Express de CNN Chile, el investigador del Instituto de Ciencias Biomédicas de la U. de Chile, Miguel O’Ryan, se refirió al avance de Ómicron que acrecienta la crisis sanitaria en el mundo y a la necesidad de implementar nuevas dosis de refuerzo a medida que surjan nuevas mutaciones de la enfermedad.

O’Ryan destacó que esta variante “es más transmisible y tiende a escapar de mayor manera de la inmunidad conferida de las vacunas. Ya hay información de diferentes partes del mundo que así es y eso no es una buena noticia”.

También hizo hincapié en que esta variante causaría menos casos severos respecto a otras mutaciones como Delta, pero aún así existen casos graves generalmente en personas no vacunadas. “La noticia que relativamente buena es que esta variante tiende a causar casos menos severos y eso también está quedando bastante claro. La mayoría de los casos tienden a ser leves a moderados, pero eso no quita que también haya algunos casos severos que sean casi exclusivamente de no vacunados”, dijo.

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Consultado sobre la necesidad de implementar una dosis de refuerzo cada vez que surjan nuevas mutaciones del COVID-19, el experto precisó que en países con altos niveles de vacunación como Chile, las razones para administrar estos esquemas no se condicen con el arribo de Ómicron, sino que más bien, por una disminución en la efectividad.

“Los países que sí tienen una alta tasa de vacunación como el nuestro, con las primarias, la razón para la dosis de refuerzo fueron dadas independiente de las variantes. Fueron dadas por información que surgió en Chile que sostiene que hay una baja en la inmunidad de las anticuerpos con el tiempo, especialmente con la vacuna Coronavac, y menos con Pfizer, eso fue demostrado y publicado. Y lo segundo es que hay una baja de efectividad de las vacunas para tener infección en la vida real. Esas dos evidencias llevaron a indicar que se requiere una dosis de refuerzo cada un tiempo de completada la primera serie y ya hay evidencias de que por un lado, se puso un claro incremento en la respuesta inmune que se sostiene al menos cuatro meses después de las dosis de refuerzo”, explicó.

Además, precisó que se debe estudiar el comportamiento de esta variante para determinar si se aplicaría una nueva dosis o no. “La dosis de refuerzo claramente está jugando un rol, independiente de Ómicron. Ahora, si se requiere o no una nueva dosis de refuerzo va a depender de si vemos que la tercera dosis o la dosis primaria de refuerzo se empieza a ver nuevamente que con el tiempo empieza a caer la inmunidad o empieza a disminuir la efectividad sea ahora para Ómicron, que claramente va a ser la variante dominante”, dijo.

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“Si una nueva variante que surja después va a requerir una nueva dosis de vacunación, va a depender del comportamiento de esa variante, si escapa de la inmunidad de la vacuna y si podemos demostrar que colocarse una dosis de refuerzo cumple un rol positivo o no”, agregó.

Finalmente, precisó que ante la inequidad y desigualdad respecto al arribo de vacunas en los diferentes países, estamos expuestos a más mutaciones de la enfermedad. “Claramente la inequidad y la desigualdad le hace un flaco favor a las poblaciones y un gran favor al virus y su capacidad de producir nuevas variantes que nos van a seguir produciendo problemas en el tiempo. Mientras no logremos altas tasas de vacunación a nivel mundial, el coronavirus va a seguir siendo un dolor de cabeza y vamos a tener que seguir entre el balance de vacunación y restricciones, dependiendo del comportamiento de las nuevas variantes”, concluyó.

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