Columna de opinión de Matilde Burgos, conductora de CNN Chile.
Por Matilde Burgos, conductora de CNN Chile.
Cuando en marzo comenzamos una nueva temporada de Puzzle Electoral, las piezas parecían claras en un juego político ordenado, regulado por primera vez por una ley de primarias, que ofrecía la posibilidad a los ciudadanos el próximo 30 de junio, de elegir a sus candidatos a diputados, senadores y presidenciales para las elecciones generales de noviembre. Por primera vez el estado financiaba este proceso de primarias y se abría para los chilenos la ilusión de participar.
Pero cuando todas las cartas estaban sobre la mesa… los candidatos presidenciales en carrera y el plazo para inscribir las candidaturas a estas “anheladas” elecciones primarias” pronto a vencer, el “destino” entró en el juego y en una semana desordenó el escenario, cambió las piezas, eliminó jugadores, puso a otros, y dio comienzo a una teleserie política, en la que cada capítulo sorprende más que el anterior.
El inicio de la saga estuvo en la Alianza… En menos de una semana, Laurence Golborne, el ministro de minería que vio emerger su carrera política junto a la salida de los mineros de San José, vio ahora cómo un fallo judicial le demostraba que no sólo los políticos deben responder por su pasado, y el abanderado de la UDI debió enfrentar una resolución judicial que condenaba las alzas unilaterales de las tarjetas Jumbo Más, mientras él era gerente de Cencosud… El símbolo del “abuso” contra el que los candidatos buscan terminar. La explicación de Golborne agravó la falta, y a las horas surgía otro problema para el candidato: “coincidentemente” salían a la luz dineros que a través de una de sus sociedades estaban en las Islas Vírgenes, paraíso fiscal. A eso se suma que los números de las encuestas tampoco lo elevaban al punto de salvarlo y la caída tardó poco. El lunes 29 de abril la sede de la UDI lloraba la renuncia de Golborne y en menos de 50 minutos, aclamaba con frenesí la asunción de uno de los fundadores del partido, Pablo Longueira, que pronunciaba uno de los discursos más encendidos de su carrera política.
¿Y Golborne? En una semana rechazaba un cupo senatorial, el ofrecimiento de irse a París, a la embajada de Chile en la OCDE (que de paso lucha contra los paraísos fiscales) y aprendía de golpe eso de que la política es sin llorar. Mientras en la tienda vecina Andrés Allamand por fin parecía sentirse a gusto con su contendor, y en un mensaje unitario anunciaba que trabajarían por un segundo gobierno de la Alianza.
Un episodio del que la oposición podría haber sacado ventajas… pero no, se estaba preparando otro capítulo de esta teleserie política del 2013. Después de la majadera insistencia en la participación, en las nuevas mayorías, en el llamado de la candidata con más opciones de convertirse en la carta presidencial del bloque… el día en que tenían que inscribir sus candidaturas a primarias en el Servel, los partidos de la oposición no pudieron ponerse de acuerdo y anunciaron que no participarían con ningún candidato, salvo los presidenciales…
Del asombro se pasó al descrédito, al cuestionamiento del liderazgo de los candidatos presidenciales del bloque y a la desilusión de la ciudadanía, que vio que cuando lo que está en juego es el poder, nadie quiere cambiar las reglas para perderlo. Esta vez ir a primarias legales el 30 de junio les significaba a los partidos repartir los mismos cupos parlamentarios entre más conglomerados y poner a competir a líderes históricos con desafiantes con grandes posibilidades. Fin del segundo capítulo: competirían sólo los presidenciables.
Mientras en la alianza pasaba algo parecido. Sólo RN decidió ocupar la ley para elegir candidatos a diputados en 10 de los 60 distritos. Pero en la UDI, el nuevo candidato Pablo Longueira, en pos de alinear fuerzas en torno a su candidatura, decidía no hacer primarias parlamentarias y designar a los candidatos… un mar de lágrimas le costó a algunos y varios cientos de millones despilfarrados en campañas que ya no se realizarán.
En la UDI, las bases acataron. En la oposición no. Andrés Velasco amenazó con salirse del pacto. Bachelet pasó del “no me meto”, al “exijo” participación y comenzó el capítulo de las parlamentarias convencionales…un arreglo a la chilena para elegir a algunos candidatos, en algunas exiguas zonas… Una semana de debates en el PS, que terminaron con la decisión del senador Camilo Escalona de no participar de primarias con “letra chica”, en la práctica dejar el Senado… y al PS con la oferta de realizar primarias en 3 zonas: los Lagos (donde Escalona ya no competiría con Quinteros), los Ríos (con Alfonso deDe Urresti y Juan Gabriel Valdés) y Chiloé.
Comienza la semana de la última cuenta pública del presidente Sebastián Piñera ante el Congreso y seguramente habrá nuevos capítulos de esta serie, que ha demostrado, que la política, de aburrida, tiene poco.
¿Qué dice el electorado? ¿Qué les parece que finalmente sea entre cuatro paredes donde se decidan a sus representantes…que muchas veces no conocen nada de la zona que deberán representar? Esta vez los electores tendrán una manera de alzar su voz: la participación en las elecciones… y cuando el voto es voluntario, tendrán mucho que decir.
Por Matilde Burgos, conductora de CNN Chile.
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