Por Daniel Matamala
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Los acontecimientos se suceden vertiginosamente en Venezuela. La oposición ha dado su paso más audaz al desconocer el nuevo mandato de Nicolás Maduro y proclamar como presidente encargado a Juan Guaidó.

Estados Unidos y gran parte de los países americanos, incluido Chile, reconocen ahora a Guaidó como presidente legítimo, llevando así la larga crisis venezolana a lo que podría ser un punto de quiebre.

Maduro fue un presidente democrático electo, pero hoy es un dictador. Su nuevo mandato se basa en elecciones ilegítimas, y el único poder democráticamente válido hoy en Venezuela es la Asamblea Nacional que domina la oposición.

La debacle humanitaria causada por la dictadura de Maduro tiene pocos precedentes en nuestra región: 3 millones de venezolanos han huido del país, ante la falta de alimentos y medicinas y una inflación demencial de más de 1 millón por ciento en la que solía ser una de las economías más prósperas de la región.

Es de esperar que estos acontecimientos desemboquen en un gobierno interino que pueda llamara a elecciones libres para que los venezolanos pueden decidir pacíficamente su destino.

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