Por Bruno Delgado

El cuarto capítulo de la octava temporada de Game of Thrones fue traumático para muchos seguidores de la serie, a los que pillaron volando tras la llamada Batalla de Winterfell. Sin embargo, hubo una escena en particular que le rompió el corazón a gran parte de los fans.

The Last of the Starks es el nombre del episodio de este domingo y que levantó incluso más polémica que la esperada batalla entre los vivos y los muertos en el Norte.

A partir de acá hablaremos de con spoilers del cuarto episodio de la ficción de HBO, quedan advertidos.

La reciente entrega de GoT retomó las acciones donde las dejó The Long Night, es decir con lotes gigantescos de fallecidos en el combate con el Night King. Daenerys despidiéndose de Jorah Mormont, Jon Snow de Lyanna Mormont, Sam Tarly de Edd y Savos Seaworth de Melisandre.

Tras una noche de celebración se decidió que a la mañana siguiente comenzaría la marcha iniciar el asedio contra Desembarco del Rey, lo que no sucede para nada como los héroes de la historia tenían planeado.

Primero, la flota Targaryen que se dirigía a Rocadragón fue emboscada por Euron Greyjoy dando muerte al segundo de los dragones de Dany, Rhaegal, de tres brutales arponazos en el corazón, un ala y en el cuello, tal como lo quería Cersei Lannister. Además, destruyeron los barcos y asesinando a gran parte del diezmado ejército.

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Es ese mismo caos que Greyjoy secuestró a Missandei y se la entregó a la reina de los Siete Reinos, quien, al final dictó su sentencia a manos de La Montaña, el que la decapitó frente a Dany, Gusano Gris y Tyrion Lannister. Con todo, Dany decidió tragarse la rabia y no caer en la provocación.

Y en un capítulo que en sus 78 minutos de duración asesinó a dos queridos personajes de la historia, ¿qué otra cosa pudo pasar que enfureciera incluso más a los seguidores?

Cuando en Winterfell se preparaban para partir, Jon Snow tomó una polémica decisión que desató el enojo de miles. Tras despedirse sus hermanas (políticas) Sansa, Arya y Bran Stark, de sus amigos Sam, Gilly y Tormund, decidió dejar atrás a su lobo huargo Ghost, el que no tenía una de sus orejitas, como una evidente herida de la batalla anterior.

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En una escena en la que el compañero de Jon tuvo más protagonismo que durante las dos últimas temporadas, el Rey en el Norte que decidió doblar la rodilla ante la Targaryen se marchó si despedirse ni decirle nada al fiel animal que lo salvó de tantos momentos complicados durante su vida.

La actitud fue catalogada como fría y hasta como un desprecio a su amigo, por lo que Jon como los guionistas del capítulo, David Benioff y D.B. Weiss, fueron objeto de críticas.

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Sin embargo, esto tiene un motivo más bien simbólico y metafórico. Como muchos nombres de los capítulos de la serie, hacen alusión a un tema que cruza el episodio a través de diferentes niveles.

En este caso el tema central es la decisión de Jon Snow de revelarle a sus hermanas quiénes eran su verdadero padre y madre, y encarar esta misma situación con su amante/tía/reina Daenerys. Es decir, abandonar su mitad Stark para asumir su rol como un Targaryen en el juego de tronos, lo que se refleja en dejar a tras a Ghost, todo un emblema de la casa del Norte.

Así reaccionaron tras la despedida de Jon Snow y Ghost

 

Así se viene el penúltimo capítulo de GoT

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