A pesar del fervor que Game of Thrones ha generado durante los años que ha sido emitida por HBO, la serie también ha recibido sus críticas.
El uso gratuito de desnudos y la violencia sexual tuvo su punto álgido cuando se mostró la escena de la violación de la que fue víctima Sansa Stark (Sophie Turner).
Desde Broadly realizaron un análisis pormenorizado de la cantidad de escenas que incluyeron este tipo de contenido en las temporadas pasadas, y los resultados fueron filtrados con el test de Bechdel.
El test de Bechdel contiene tres pruebas básicas, con las cuales se puede verificar la igualdad de género que presenta, por ejemplo, un programa.
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En ese sentido, una película o serie debe:
a) Contener al menos dos personajes femeninos con nombre,
b) Que esas personajes tengan al menos una conversación,
c) Que la conversación no trate sobre hombres.
Un producto no se vuelve inmediatamente sexista por no pasar el test de Bechdel, pero sirve como una buena medida a la mirada que tienen los medios masivos sobre los roles de los distintos géneros.
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Los resultados fueron decidores: mientras en la primera temporada solo cuatro de diez capítulos pasaron el test, la cuarta no aprobó con ninguno de sus episodios.
La séptima y penúltima temporada tuvo un alza en la cantidad de capítulos, y cuatro de los siete episodios pasaron el test.
En total, sólo 18 de los 67 capítulos con los que contaba la serie pasaron el test de Bechdel, que si bien no se realizó a la inversa (centrado en el rol masculino), se cree todos sus capítulos pasarían la prueba.
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