Por Carlos Pizarro

Camilo Parada (45) fue parte de las masas de personas que se manifestaron durante el estallido social. Entre la gente que levantaba consignas como una nueva Constitución, una vida digna e incluso la salida del presidente Sebastián Piñera, asegura haber visto la peor parte de la respuesta estatal.

De alguna manera, ser familiar de víctimas de la dictadura militar lo llevó inmediatamente a sentir ese horror nuevamente: es hijo de José Manuel Parada, víctima en el caso Degollados, y nieto de Fernando Ortiz, secretario general del Partido Comunista detenido y desaparecido por las fuerzas de orden.

Y si bien mira con escepticismo la forma en que se institucionalizó (y “amarró”) la propuesta de una Asamblea Constituyente, hoy es candidato independiente por el distrito 10.

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“Un salvavidas al presidente”

Habiendo formado parte de las protestas multitudinarias que se tomaron el panorama nacional en octubre de 2019, Parada es crítico de las características con las que se cerró el acuerdo que dio pie al plebiscito, calificándolo de “un salvavidas al presidente”, así como también las que tiene actualmente la Convención Constitucional.

“De hecho, me hice parte de un comando que se llamaba ‘por la asamblea constituyente libre y soberana’. Siempre defendimos que la asamblea constituyente libre y soberana era realmente la salida más democrática a la problemática de la manifestación social, con muertos en el tapete”, afirmó en conversación con CNN Chile.

Además, cree que el sistema eleccionario definido para definir las y los miembros de la convención “sólo beneficia a los partidos políticos, los que están justamente puestos en tela de juicio”. “La metodología que se decide a puertas cerradas, en el Congreso, a espaldas de una masividad de gente que está protestando, no responde de manera certera a las demandas de la calle y es antidemocrática“.

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En ese sentido, para el candidato, los 2/3 definidos para resolver cuál será el reglamento de votación de la Convención Constitucional es “un veto de la minoría”. Asimismo, el respeto a los tratados internacionales sin especificar cuáles, cierra la puerta a terminar con el modelo económico.

“No comprendemos ni compartimos que los tratados internacionales de libre comercio, que tienen otra naturaleza que los de derechos humanos -no podemos equiparar la dignidad humana a los intercambios financieros y especulativos-, son unos de los ejes principales del Estado subsidiario y también de un modo de explotación de recursos y bienes comunes que no solamente ponen en peligro la soberanía chilena, sino también son destructivos con el medioambiente”, comentó.

Campaña en redes sociales.

…pero “un paso histórico”

Más allá de sus cuestionamientos al proceso y cómo se forjó dentro de los márgenes de lo ya establecido, reconoce que es “un paso histórico que estamos acabando con una Constitución redactada por una dictadura, impuesta a sangre y fuego”, pero sabiendo que las expectativas no pueden ser tan altas y que el trabajo más grande vendrá luego de tener una nueva carta magna.

En su candidatura propone abordar el debate desde una amplitud de actores sociales de izquierda con ideas provenientes del trotskismo. Llega como candidato independiente, fuera de toda lista, a diferencia de todos los postulantes en el distrito 10. Esto lo logró respaldado por el Movimiento Anticapitalista.

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“Somos un movimiento que surge al tenor del estallido. Yo me acerqué a ellos a principios de 2020. La gente que hace parte del movimiento viene de diversas corrientes de la izquierda chilena, y tienen un punto común que es justamente la voluntad de organizar una nueva izquierda que no pacte con las minorías económicas del país. Que sea profundamente anticapitalista y democrática, que sea feminista, ecosocialista”, explicó Parada.

Junto a esa postura, cree que el país debiera declararse plurinacional y otorgar autonomía a los pueblos indígenas que anteceden a la República de Chile, con devolución completa de las tierras que habitaban antes de la invasión española.

“Tienen que haber mecanismos de autonomía de los pueblos de la tierra que tienen una cultura distinta, una lengua distinta que debiera ser enseñada a la par que el castellano en la educación pública. Estamos por un cambio radical de la sociedad“, concluyó Camilo Parada.

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