La Agenda Feminista anunciada por el Presidente Piñera es un primer y buen paso que parte por modificar la Constitución para que garantice que hombres y mujeres tengamos iguales derechos. Eso ya es relevante. Se suman cambios legales como administración igualitaria de la sociedad conyugal, sancionar el maltrato en el pololeo o que garantizar una vida libre de violencia. Iniciativas que será difícil que los parlamentarios rechacen, tanto si les parecen tímidas como si los juzgan excesivas.
En medio de la ola feminista, los votos, si no garantizados, parecen bastante seguro para varias de ellas. Pero habrá otras que ya sabemos que generarán polémica. Como que terminar con la discriminación a las mujeres en las Isapres, según anunció el ministro de Salud en CNN, no implicará que las aseguradoras ganen menos sino que los hombres coticen más.
Y quedan preguntas instaladas. ¿Cómo se hará carne el cambio constitucional? O cuando se dice que se promoverá la participación de mujeres en cargos altos de empresas y la corresponsabilidad en la crianza y labores del hogar ¿es sólo una declaración de intenciones o podríamos pensar por ejemplo en futuros anuncios como Ley de Cuotas en el mundo privado o un post natal masculino más extenso e irrenunciable?
De la misma forma, la demanda por una educación no sexista, principal bandera de las estudiantes y que ha sido recogida por el gobierno en lo que se refiere al tema del acoso, tiene otras variantes igual de importantes y que implican modificaciones de los planes curriculares y cambios sobre los cuales no escuchamos aún. Algo que ya genera críticas entre las jóvenes.
Hoy se dio un primer paso, cuántos más se darán y si nos llevarán a una sociedad menos machista es algo que el tiempo va a mostrar.
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