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La escasez hídrica ha llegado a niveles históricos. Jamás en Chile se había vivido una sequía tan prologada, la cual ha durado más de 100 años y ya empieza a tener efectos tangibles: 945 mil habitantes afectados, 136 comunas que poseen el decreto de escasez hídrica y cinco regiones del país perjudicadas.

Ante esto, la agricultura ha tenido que innovar en soluciones optimizadoras por la falta de agua. Así lo hace, por ejemplo, Agranimo, un aparato de inteligencia microclimática.

El fundador de esta iniciativa, Adolfo Donoso, explicó a CNN Chile que este aparato inteligente “consiste en una sonda larga que va en el suelo, mide la temperatura de este y la humedad en cuatro alturas a una profundidad de un metro”.

¿Cómo funciona? La señal de la sonda es transmitida a una estación, la cual crea un registro para generar el manejo específico del riego, dependiendo de las condiciones climatólógicas del aire, la humedad, la temperatura y la cantidad de sol.

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Otro ejemplo es la Viña Ventisquero, quienes desde hace 10 años vienen trabajando en el acostumbramiento de las viñas a una reducción del consumo de agua. Algo que han logrado con el ahorro del 60% del suministro por hectárea, una tendencia que apunta hacia el denominado Viñedo de Secano o “Dry Farming”, los cuales poseen cero riego.

“La viña es maravillosa porque tiene en su ADN una capacidad de adaptación a la sequía“, aseveró al respecto Sergio Hormazábal, viticultor de la Viña Ventisquero, quien añadió que esto se logra con “un trabajo paulatino, haciendo riegos mucho más largos que pueden ser de 20 a 24 horas para que el agua penetre al interior de la tierra y las raíces para luego poder espaciar entre riego”.

Para tener una idea, el ahorro de esta viña se traduce en 450 mil metros cúbicos de agua al año, es decir, unas 180 piscinas olímpicas. Un trabajo que busca mantener la misma calidad en su producto final.

Pymes por la optimización del recurso hídrico

Pero no sólo las grandes empresas implementan optimización del agua. Hay proyectos como la app my2DROPS, un emprendimiento familiar que busca mejorar el rendimiento en el riego automático.

Isidora Quevedo, socia de my2DROPS, contó que en su sistema “el controlador se conecta vía wifi -al celular- e identifica las condiciones climáticas para poder dejar de regar cuando no se necesite”.

La aplicación trabaja de manera remota, donde el usuario programa el regado por sectores donde el ahorro puede llegar al 40%.

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Desde otra vereda se encuentra Eficagua, una solución de suelo compuesta para mejorar las condiciones de la tierra y potenciar las raíces de los cultivos, donde el riego se reduce entre un 30% y un 70%.

El ahorro de agua, según explica Cristián Estrada, fundador de Eficagua, se logra evitando pérdidas “aumentando el tiempo de retención de agua en el suelo y entregando el agua en el tiempo preciso y en la cantidad correcta“.

Eficagua es un sustrato multipropósito que funciona con la aplicación sobre el suelo de la plantación, generando así mayor permanencia del agua.

Todas estas innovaciones continuarán trabajando a la espera de las lluvias del próximo invierno, las que serán claves en definir si el racionamiento anunciado por el Gobierno se convierte en realidad.

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