EFE

(CNN) Tratar de imaginar ovejas blancas, gordas y peludas, saltando uno a uno por encima de una valla, es un conocido remedio contra el insomnio.

¿A quién se le ocurrió esta idea? Si de lo que se trata es de aburrirse hasta quedarse dormido, ¿por qué no contar hacia atrás, como cuando te ponen la anestesia? ¿Y quién se decidió por las ovejas? ¿Por qué no conejos, caballos, sapos gigantes o canguros?

Supuestamente, es la historia la que proporciona la respuesta. Se decía que era una forma de conciliar el sueño de los pastores medievales, desprovistos de compañía humana durante semanas seguidas: contaban sus ovejas hasta que se adormecían.

Lo que sí está claro es que el concepto de contar ovejas para dormir es tan antiguo, que se menciona en una recopilación de cuentos del siglo XIII titulada Cento Novelle Antiche.

En una de las novelas, un narrador al servicio de Messer Azzolino tenía tanto sueño, que le contó a su amo la historia de un granjero que intentaba llevar un rebaño de ovejas a través de un río crecido en una pequeña barca.

“Así que saltó al agua de una sola vez y comenzó a remar con todas sus fuerzas”, contó el narrador. “El río era ancho, pero él remó y remó…”.

El cuentacuentos dejó de hablar al quedarse dormido, lo que hizo que su amo lo despertara para que terminara el relato.

“Déjale que acabe con el resto de las ovejas, y luego seguiré yo; porque le llevará un año por lo menos, y mientras tanto, Su Excelencia podrá disfrutar de un sueño muy confortable”, respondió el fabulista, antes de volver a cabecear.

En “El Quijote” de Miguel de Cervantes, Don Quijote y Sancho Panza discutían sobre contar cabras -no ovejas- para ayudar a Quijote a dormir. Hulton Archive/Hulton Archive/Getty Images/Vía CNN Newsource

La misma historia se cuenta en la obra Disciplina Clericalis, del siglo XII, e incluso formó parte del libro Don Quijote, del siglo XVII; sólo que, en esta versión, el escudero de Quijote, Sancho Panza, le dice que cuente cabras, no ovejas.

“Más le valdría a vuestra merced llevar la cuenta de cuántas cabras pasa el pastor, porque si se nos olvida una sola, se acabará la historia y no se podrá contar ni una palabra más”, le dice Panza.

¿Funciona contar ovejas?

¿Contar ovejas ayuda realmente a conciliar el sueño? Busca en Internet y pronto encontrarás historias sobre un estudio de 2002 para combatir el insomnio que puso a prueba el concepto.

En realidad, ese no era el objetivo de la investigación, afirma la autora principal, Allison Harvey, profesora de psicología y directora de la Clínica de Investigación del Sueño y el Estado de Ánimo Golden Bear de la Universidad de California en Berkeley.

“Nuestro estudio de hace más de 20 años no trataba de contar ovejas, sino de utilizar imágenes para combatir el insomnio”, explica la profesional, que dirigió la investigación mientras era profesora de psicología en la Universidad de Oxford.

Su investigación dividió a 50 personas en tres grupos. El primero no recibió instrucciones sobre cómo conciliar el sueño, mientras que a los miembros del segundo se les dijo que se distrajeran de sus pensamientos, preocupaciones e inquietudes de la forma que quisieran.

Al tercer grupo, en tanto, se le indicó que realizara una tarea imaginativa interesante y atractiva, como crear o recordar un prado, una cascada, unas vacaciones o una tarde de verano al sol.

Los que utilizaron imágenes dijeron dormirse mucho más rápido que cualquiera de los otros dos grupos, y calificaron sus pensamientos, preocupaciones e inquietudes de menos incómodos y angustiosos que los de los otros dos grupos.

Casualmente, dos de los participantes en el grupo de distracción contaron ovejas para conciliar el sueño “y de alguna manera, la gente se enganchó a ello, supongo que porque les pareció divertido”, explica Harvey.

Aunque, en realidad, no estudió contar ovejas como forma de superar el insomnio (y no conoce ningún otro estudio que lo haya hecho), Harvey tiene una opinión basada en sus años como especialista del sueño.

Algo tan mundano como contar ovejas no suele funcionar“, afirma.

“En su lugar, elaboramos un menú de opciones con la gente, porque cada persona es diferente y una sola opción no va a ayudar en todos los casos”.

¿Qué funciona para conciliar el sueño?

Sin embargo, existen métodos científicos que ayudan a vaciar la mente y conciliar el sueño. Más de 20 años después, usar la imaginación sigue siendo uno de los mejores consejos, según Harvey. Aquí tienes otras recomendaciones.

Visualizar la relajación

Imaginar un entorno agradable y atractivo funciona para muchas personas y tiene más éxito cuando intervienen los cinco sentidos.

“Intenta que tu imagen sea lo más vívida posible, preguntándote qué ves, qué oyes, qué hueles y, si procede, qué saboreas”, explica la profesional.

Gratitud

Conocida por aumentar la felicidad, la investigación ha demostrado que contar tus bendiciones o agradecimientos a la vida también es una buena forma de relajarse y dormir.

Harvey sugiere pensar en tres cosas de la vida por las que estar agradecido y decírselas a uno mismo antes de dormir.

Saborear

Prima de la gratitud, saborear consiste en revivir un momento maravilloso del día.

Recuerda lo que pasó, cómo te sentiste y déjate llevar por esos buenos sentimientos para conciliar el sueño, dice Harvey.

Las tres sugerencias siguientes tienen mayor efecto antes de que la cabeza toque la almohada, y todas se centran en controlar la preocupación y la rumiación (que consiste en masticar pensamientos repetitivos de forma parecida a como una vaca mastica el bolo alimenticio).

Resolución de problemas

Antes de acostarte, coge un bolígrafo o un lápiz y haz dos columnas en una hoja de papel.

Pon en la parte superior de una columna Preocupaciones y en la otra Soluciones.

Enumera tus problemas o tareas preocupantes en el apartado de preocupaciones y, a continuación, haz una lluvia de ideas sobre posibles soluciones.

Ponerlo por escrito libera tu mente de masticarlo (por así decirlo).

Escribir un diario

Llevar un diario no tiene por qué centrarse en la resolución de problemas, aunque podría, según Harvey. Puede ser un lugar para registrar agradecimientos y recuerdos diarios que quieras recuperar más tarde, o simplemente una forma de expresarte.

Tiempo de preocupaciones

¿No eres un/a escritor/a por naturaleza? Puedes reservar unas horas antes de acostarte para preocuparte y (con suerte) encontrar soluciones.

Si lo haces, podrás quitártelas de la cabeza antes de que ésta toque la almohada, lo que te permitirá conciliar el sueño sin tener que contar ovejas.

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