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Algunos conductores reconocen que se distraen al tratar de acomodar este implemento en el rostro, mientras que otros se complican cuando se les empañan los lentes. Francisco Frésard, investigador en seguridad vial, señala que si no se toman las medidas adecuadas, podrían aumentar la posibilidad de siniestros.
Desde que la autoridad sanitaria dispuso el uso obligatorio de mascarillas para todas las personas que utilicen el trasporte público o privado sujeto a pago, los conductores han tenido que acostumbrarse rápidamente a utilizar este elemento de protección y, de ese modo, evitar la propagación del coronavirus.
Sin embargo, Francisco Frésard, investigador y profesor de Ingeniería de Transporte y Logística de la UC, advierte que, si no se toman las medidas adecuadas, su uso podría traer consecuencias.
“Al empañarse los cristales de los anteojos, hay una perdida de la visión y, si esa pérdida de la visión se prolonga por más de 2 segundos, aumenta la probabilidad de tener un accidente”, señala Frésard.
El académico e investigador de seguridad vial destaca que “la falta de costumbre en su uso podría provocar molestias, comprometer la concentración y el rendimiento, al desviar la atención a acomodar este elemento”.
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“Las mascarillas generan problemas en la respiración en algunas personas. En ese caso, hay que hacerse el ánimo y gastar un poquito más en una buena mascarilla. Las mascarillas certificadas dejan pasar pasar el oxígeno suficiente, pero también permiten eliminar el dióxido de carbono suficiente. Esto no lo cumplirían las mascarillas artesanales o caseras, porque son hechas con cualquier material”, sostiene Francisco Frésard, investigador y profesor de Ingeniería de Transporte y Logística de la UC.
Jared Quinteros es conductor profesional y ha trabajado en transporte de pasajeros durante toda la pandemia. Dice que, a pesar de ser incómodo el uso de la mascarilla, se ha tenido que acostumbrar.
“No uso lentes, lo más probable es que a las personas que sí usan, les moleste más, pero me provoca un cansancio ocular. Yo he usado distintos tipos de mascarilla. La 3M es la que más me acomoda, porque es con respirador y con esa no cuesta tanto manejar”, señala Quinteros.
“El uso de mascarilla para conducir para mí no es un impedimento, de tal manera que yo antes de subirme al auto me la acomodo bien a mi cara, le abrocho bien los elásticos y, de esa forma, evito un accidente posterior”, dice Pablo Cifuentes, quien trabaja en una empresa de transporte de pasajeros.
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Y aunque para el experto en ingeniería de transporte y logística de la Universidad Católica, Francisco Fréard, el uso de tapabocas podría traer ciertos riesgos viales, para el gerente de movilidad Automóvil Club, Alberto Escobar, sólo cuestión de costumbre.
“Se te pueden empañar los anteojos, pero ponerlo como un factor de peligro para la seguridad vial, estoy en absoluto desacuerdo. Creo que la gente en el futuro va a ir prefiriendo mascarillas cada vez más sofisticadas y de acuerdo a las actividades que realizan”, comenta Escobar.
El profesional agrega que, si la mascarilla se mueve, es un motivo de distracción, pero la responsabilidad de acomodarla es del usuario. “Hay un 20% de conductores de motos o bicicletas que utilizan audífonos para escuchar música y eso es un distractor mucho mayor. Creo que los grandes distractores siguen siendo los teléfonos inteligentes y los audífonos que generan en algunos casos sordos funcionales”, sentencia Escobar.
“He visto gente que utiliza mascarillas en el borde inferior del párpado y podría probablemente molestarles en la parte inferior, pero la mascarilla como elemento de protección no debiera disminuir el campo visual, sino ni siquiera un cirujano en el pabellón la utilizaría“, asegura Cristián Chávez, director de la Escuela de Tecnología Médica de la Universidad Mayor y doctor en Ciencias de la Visión.
El profesional señala que el problema estaría en la mala utilización de este elemento. “Si utilizan los sujetadores de manera adecuada y cubriendo solamente desde el tabique nasal hacia abajo, la persona no pierde campo visual”, señala el doctor Chávez.
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Para no correr riesgos innecesarios en la conducción, Francisco Frésard, dice que lo primordial es acomodar este implemento y adquirir uno de buena calidad. “Uno puede empezar el viaje y al conversar se va bajando, eso provoca distracción. Por otro lado, si uno anda solo en un auto no necesariamente se debe utilizar”, sostiene Frésard.
“Efectivamente, un lente empañado afecta la visión, sería como manejar con el parabrisas empañado y eso disminuiría la cantidad de visión que se tiene. Hay personas que utilizan una cinta adhesiva en el borde superior de la mascarilla para el aire no suba hacia el lente”, señala el doctor Chávez.
Frésard aclara que las advertencias realizadas pretenden minimizar los problemas a la hora de conducir y, de esa forma, contribuir a mejorar la seguridad vial, sobre todo considerando que en los últimos meses ha aumentado el uso de motos y bicicletas para evitar contagios.
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