Gustavo Fring

Vivenciar una relación tóxica puede dejar múltiples consecuencias. Una de ellas es resistirse a una nueva oportunidad de construir una relación amorosa y emocional.

Esta sensación es frecuente en víctimas de violencia psicológica y/o física, o quienes han estado en una relación tóxica -sobre todo cuando ha transcurrido poco tiempo desde la separación-, y es algo que se puede mantener por años después de ya terminada la relación.

La psicóloga clínica, especialista en autoestima y relaciones de pareja, y fundadora de la comunidad @dra.psicosalud, Virginia Oms, explica las secuelas que deja el haber pasado por una relación violenta y cómo a volver a amar después de sanar.

Secuelas de una relación tóxica

Virginia Oms afirma que las relaciones tóxicas pueden generar daños en la salud física y mental de las personas. Algunas de las consecuencias más comunes son:

Ansiedad y depresión

El estar en constante estado de alerta durante la relación genera diversas consecuencias, ya que “los neurotransmisores (químicos cerebrales) y hormonas que regulan nuestros estados anímicos se ven afectados por este estrés sostenido” y empeoran si la persona está expuesta a manipulaciones, explica Oms.

Baja autoestima

Diversos estudios han demostrado que las relaciones tóxicas suelen afectar fuertemente la autoestima de una persona. Pueden llevar a sentimientos de inutilidad, falta de confianza y a un diálogo interno extremadamente negativo.

Aislamiento social

Este tipo de relaciones a menudo llevan al aislamiento social, ya que una persona puede alejarse de amigos y familiares bajo la influencia de la persona manipuladora. Esto hace que una vez terminada la relación de pareja, se pueda seguir repitiendo esta conducta.

Culpabilidad y vergüenza

La persona puede ensimismarse en múltiples cuestionamientos de culpa: “¿Cómo no me di cuenta antes? ¿Por qué no salí de ahí?”

Afecciones en salud física

Existe evidencia científica que el estrés crónico asociado a este tipo de relaciones puede tener un impacto negativo en la salud física, aumentando el riesgo de afecciones como enfermedades cardíacas, trastornos gastrointestinales, entre otros.

El amor después de sanar

Más allá de lo desafiante que puede resultar volver a dar una oportunidad al amor, es posible volver a experimentarlo, pero esta vez de una forma más sana.

Para quienes estén asistiendo a terapia se recomienda verificar que el profesional esté formado en estas temáticas y que les facilite las herramientas de autorregulación emocional necesarias para sanar en este proceso.

También, que el vínculo con el/la terapeuta sea de confianza, libre de juicios y respetuoso de su proceso, de su pensar y sentir.

Igualmente, es importante trabajar en identificar las razones por las que se eligió a esa pareja y no a otra, y en cómo esto se puede asociar a heridas emocionales preexistentes en la persona.

La psicóloga especialista en autoestima recomienda que en terapia se aborden los patrones tóxicos que se pudieron haber naturalizado en la relación, y adquirir información clara sobre la comunicación manipuladora, los límites y las maneras de ponerlos, y también sobre psicopatología: “Hay estructuras de la personalidad que son propensas a devaluar, manipular y a no dar un amor recíproco. Aprender a reconocerlas resulta fundamental”.

“Es fundamental dedicar tiempo y energía”

En caso de no contar con la situación económica para afrontar un proceso psicoterapéutico,“es fundamental dedicar tiempo y energía a reconocer las propias necesidades emocionales, así como también los patrones de relación que las personas han tenido en su vida, además de informarse todo lo posible con fuentes fidedignas”, aconseja Oms.

Además, la psicóloga sugiere armar una rutina en la que abunde el tiempo de introspección y autocuidado “cuanto más se cuiden a sí mismos y se conozcan, se hará más fácil reconocer las banderas rojas en una eventual próxima relación”.

Es clave tener paciencia

“Si bien la terapia es un paso importante, no es una solución instantánea. Debe ser acompañada de un entorno social que garantice experiencias sanas, de comprensión, apoyo y empatía para que quienes han pasado por esto, puedan volver a confiar y a reconstruir su autoestima”.

“Aun cuando hay numerosas aristas que se pueden trabajar desde el plano cognitivo en el amor propio, es la experiencia de rodearte de vínculos de calidad lo que más ayuda en el proceso. Los vínculos sanos son tremendamente reparadores. Por supuesto, añadido al trabajo personal”, agrega.

El camino de reconstrucción toma tiempo y no es lineal, por lo que es clave tener paciencia y no saltarse saltarse ninguna etapa del proceso.

Es recomendable trabajar en las heridas emocionales para poder construir un vínculo sano tanto con uno mismo como con futuras relaciones de pareja.

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